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CAUSA ABIERTA

En Uruguay hay 50 mil trabajadores esclavizados a las órdenes de empresas legales

En Uruguay  hay 50 mil trabajadores esclavizados a las órdenes de empresas legales

Cierto es que el gobierno de izquierda del Frente Amplio mucho ha hecho al romper la impunidad que duró décadas, incluidos gobiernos democráticos, encontrando restos de desaparecidos y enviando a prisión a militares y policías por torturar y matar a ciudadanos uruguayos. En una cárcel especial para ellos, muchos de los responsables de vulnerar los derechos humanos están presos, aunque faltan más. Lo que no ha podido hacer este gobierno, aún, es echarle mano a las empresas de seguridad y de limpieza, la gran mayoría de ellas propiedad de militares y policías de jerarquía retirados, que tienen en sus plantillas de trabajo a miles de uruguayos con ingresos de miseria. Muchos son los ejemplos, pero pongamos uno: en los edificios de la coqueta zona de Pocitos, frente a las aguas del Río de la Plata, las empresas de vigilancia cobran a los administradores de ellos entre 60 y 150 mil pesos, de acuerdo a la calidad del inmueble y las exigencias de los propietarios o inquilinos de los departamentos. A cambio, en cada edificio la empresa dispone que a lo sumo tres porteros cumplan dicha función, por un sueldo promedio de 4.500 pesos por ocho horas de trabajo. Esa suma en Uruguay equivale a unos 200 dólares, mientras que el costo de la canasta básica supera los 1.600 dólares.

"Lo peor es que la empresa para la que yo trabajo me hace firmar un recibo por 9.500 pesos y no tengo más remedio que hacerlo, porque si no me voy a la calle, aunque me cago en la diferencia", confiesa uno de los porteros de 58 años, mientras recibe un plato con tres raviolones que una vecina apiadada le acaba de bajar por el ascensor. "Nosotros tenemos todavía estas ventajas (dice mirando el plato) pero aquellos compañeros que trabajan a la interperie y de noche ni le cuento, igual que los vigilantes de las zonas residenciales de Carrasco que los ubican en garitas diminutas con un baño químico al lado."

Los casos de los porteros de edificios residenciales de Montevideo se replican aún con visos peores con las personas que trabajan para empresas de limpieza. Estas firmas cobran a escuelas, institituos públicos y privados suculentas sumas por mes. Las limpiadoras, por el contrario, reciben alrededor de 95 pesos por día, por pasar el trapo y dejar brillantes espacios como un estadio de fútbol. Cualquier falta es motivo de despido directo sin derecho a reclamación alguna, aunque el Ministerio de Trabajo a veces se ocupa si alguna osada trabajadora de atreve a realizar la denuncia. Se calcula que en Uruguay hay 15 mil personas contratadas por empresas de seguridad y vigilancia y 35 mil por firmas dedicadas a la limpieza. Todos estos trabajadores viven en condiciones marginales, mientras sus patrones directos e indirectos viven a cuerpo de rey en residencias de Carrasco,  Pocitos u otros barrios elegantes.

Todos los vemos, peor aún todos sabemos de la  injusticia, pero sesudas investigaciones sociológicas demuestran y nos explican que éstas son las nuevas o post modernas relaciones del mercado.

Informe Especial de la Licenciada Cristina Rovira. 

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