Los vinos envenenados en Uruguay y una familia que arropa a la ex policía acusada con una carta abierta a la opinión pública

"Los hermanos, hijos y demás familiares de María Iclea Lemos Pintos,
que hoy enfrenta un notorio proceso judicial, llegamos ante los medios de
comunicación para manifestar nuestra solidaria y absoluta convicción de su
inocencia, al tiempo que expresamos el profundo malestar que nos ha causado
el manejo público de su situación y denunciamos la gravísima violación del
secreto del presumario que alimentó crónicas, reportes y cuanta información se
divulgara los días jueves 27 y viernes 28 de mayo.
Consideramos que algunos medios, en vez de responsabilidad de ser
vehículos ecuánimes de la realidad, cumplieron esta vez el papel de
aventurados acusadores, haciendo oir una sola campana y generando un clima
de juicio ilevantable, con anuncios de procesamiento y hasta permitiéndose
livianamente el calificativo de “asesina”, como si todo lo que ocurría estuviera
previamente orquestado. Ni siquiera se permitieron el elemental beneficio de la
duda, a partir de que todos saben se presume la inocencia de cualquier
ciudadano antes que la justicia emita su veredicto.
Vale la pena preguntarse entonces quien fue el autor del delito de
violación del secreto presumarial. La vida demuestra que las fuentes que
entregaron la información de la pericia acusatoria solo pudieron ser dos: Policía
Técnica o el propio Juzgado interviniente. Pero los hechos porfiados, lo que
realmente pasó, pueden ayudar a echar luz sobre esta cuestión. Porque María
Lemos, sin conocimiento alguno de lo que estaba ocurriendo, fue conducida
desde su domicilio, la tarde del jueves 27 de mayo hasta la sede judicial, donde
ya aguardaban dos móviles de Policía Técnica y una numerosa presencia de
periodistas. Estos últimos, seguramente convocados por alguien, manejaban ya
desde tan tempranas horas los detalles de la pericia caligráfica que llevó a la
justicia el Inspector Mayor Roberto de los Santos, Director de Policía Técnica,
quien también estaba presente en el Juzgado.
Las crónicas que siguieron pusieron también el acento en que María
tenía un hermano policía, que sirvió en los Servicios de Inteligencia, pero
ignoraron que tiene también otro hermano quien fue preso político y otro
comunista de toda la vida que murió luchando por sus ideas y también hijos
que son miltantes sindicales. Así es la diversidad de esta sociedad uruguaya,
tan rica y múltiple como la verdad. La misma a la que deben acercarse los
periodistas, observando la multiplicidad de los fenómenos que investigan y
desde todos sus ángulos y posibilidades de ser. Lamentamos que aquí no haya
ocurrido el cumplimiento de una norma tan elemental en el desarrollo de la
profesionalidad periodística. Y nosotros sabemos que son los propios
periodistas allí presentes los que tienen perfecto conocimiento del autor del
delito de violación del secreto presumarial, que fue a la vez quien hizo disparar
la campaña de la supuesta culpabilidad de María Lemos y a la que algunos de
ellos terminaron prestándose.
No queremos pasar por alto el malestar que nos causó las declaraciones
del Senador Heber, cuyo dolor naturalmente compartimos, al tomar partido
abiertamente por la pericia acusatoria, en un proceso que fácilmente puede
confundirse además como un intento claro de presión política sobre la Justicia
que, afortunadamente, sigue siendo aquí un Poder Independiente, condición
que los políticos uruguayos reivindican sistemáticamente como un deber a
respetar.
En definitiva, queremos que se conozca toda la verdad, que se aclare el
homicidio de la Sra. Fontana de Heber y que todo el desarrollo de este caso
judicial pueda continuar rodeado de las máximas garantías y seguido por la
opinión pública desde una prensa abierta y equilibrada.
HERMANOS, HIJOS Y FAMILIARES DE MARIA ICLEA LEMOS"