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CAUSA ABIERTA

Montevideo: el misterio del economista ejecutado en su apartamento del Cordón

Montevideo: el misterio del economista ejecutado en su apartamento del Cordón

Para sus vecinos era un emprendedor economista. Para otros era más conocido como "Freddy Cabot", el conductor radial y emulador de Tinelli y de Abel Duarte. Desde el jueves es la víctima de un asesinato rodeado del más hondo misterio. "¿Cómo andás, Freddy, tanto tiempo?", lo saludó el encargado del garaje sobre la calle Guayabo. Cabot se mostró tan desenfadado como siempre. Pagó los $ 2.500 del estacionamiento por sus dos vehículos, tenía un atraso de dos meses. "Era un tipo impecable, siempre preocupado por estar al día, se había atrasado esta vez y cuando me pagó, en joda, hizo el ademán de tacharme los dos meses siguientes", recuerda el empleado del garaje, con indisimulada simpatía por la víctima. Eran las 18.30 del jueves. Fue la última vez que se lo vio con vida al economista Eduardo Alfredo Cabot Bula (43). Pocas horas después su novia, una joven colombiana, lo encontró muerto de tres disparos en el apartamento del cuarto piso de la calle Gaboto 1408, casi Guayabo. Cabot yacía sobre el sofá con tres heridas mortales, dos en el tórax y una en el abdomen. Tenía fuertes golpes en la cabeza. Había una mancha de sangre junto al escritorio, su lugar de trabajo. Casi todo el apartamento presentaba un gran desorden. Durante la inspección de la escena del crimen los investigadores de la División Homicidios constataron que faltaban varias cosas: la computadora, los celulares e incluso algunos bonos del Tesoro. Es decir, información más que valores. Los vecinos del tercero y quinto piso no oyeron nada. Él o los homicidas -de momento los investigadores se inclinan por más de uno- se ocuparon de borrar sus rastros. Las incógnitas son muchas. La muerte de Cabot se asemeja más a una ejecución que a un homicidio de otra naturaleza. La Policía ha indagado a varias personas, por la mañana incluso los investigadores se trasladaron hasta una casa que Cabot poseía en Neptunia en busca de más indicios. El móvil no está claro. "Tenía mucha plata", apuntó uno de los investigadores consultados. Y un pasado vinculado a los medios. Pero no parece un simple robo. El edificio sobre la calle Gaboto es relativamente moderno. Tiene diez pisos, muchos de sus apartamentos son oficinas, otros residencias. La puerta de acceso está enrejada, tiene intercomunicador y además hay un portero en el hall de entrada. No es sencillo ingresar sin que alguien franquee la entrada desde adentro. El portero es relativamente nuevo en su puesto. Cuando los investigadores lo interrogaron no recordó ninguna presencia extraña en la tarde del jueves. Cabot vivía solo en el apartamento, aunque se le conocía una novia de nacionalidad colombiana que solía visitarlo allí. "Antes tuvo una novia brasileña", comentaron vecinos. Fue esta mujer la que, precisamente, descubrió el asesinato. Cuando llegó al apartamento encontró la puerta cerrada, dijo que en un primer momento desconfió. Incluso pensó que su novio podía llegar a estar con otra mujer. Empujó la puerta, advirtió que algo la estaba frenando. Era el propio Cabot, que yacía en el sofá junto a la puerta. Cuando pudo superar el shock fue en busca de auxilio. Más tarde declararía a la Policía que había hablado temprano con su novio, que estaba algo nervioso porque ese día tenía que manejar una suma grande de dinero y sobre las cinco de la tarde tenía una reunión muy importante. Hasta la noche no supo más de él. La Policía dató la muerte de Cabot a las 21.15. En el examen primario el forense sugirió que la muerte había ocurrido unas 12 horas antes. Sin embargo ese dato cayó más tarde, en el correr de la investigación. A las 18.30, poco más o menos, Cabot salió del edificio y cruzó hasta el garaje de la calle Guayabo. Charló con los empleados, pagó el alquiler del estacionamiento y volvió a su casa. Ellos fueron los últimos en verlo con vida. Entre la hora 19 y la hora 21, aproximadamente, debió ocurrir el crimen. Fuentes de la investigación señalaron a El País que, dado el desorden que reinaba en el apartamento y las cosas que se llevaron, él o los homicidas debieron permanecer al menos durante unos veinte o treinta minutos allí. Hasta ahora, no se logró establecer cómo entraron al edificio y luego al apartamento. La inspección primaria detectó que faltaba una computadora, los celulares que usaba Cabot, algunos documentos y bonos del Tesoro que se sabía poseía y no fueron hallados. Los familiares del economista aún deben confirmar si faltan más cosas. Estuvieron en las primeras horas de la tarde revisando las pertenencias del economista y dejaron instrucciones en la portería para que se retuviera toda correspondencia que llegara a su nombre. "Hay piezas claves que desaparecieron, esto fue algo muy premeditado", señaló una fuente de la investigación. A los autores de la ejecución -los investigadores están convencidos de enfrentarse a una ejecución, no a un homicidio ocurrido durante una simple riña o en el curso de un vulgar copamiento- les interesó más la información que poseía Cabot que grandes sumas de dinero, que en apariencia la víctima podía tener en su poder. De las primeras observaciones sobre la escena del crimen, los investigadores del caso sacaron algunas conclusiones, al menos primarias. Un profesional con el estudio en su casa "es alguien que puede tratar de proteger su actividad, sobre todo si no es muy clara", apuntó una fuente del caso. De hecho, la principal línea de investigación apunta a las actividades que Cabot tenía en el exterior del país. "Esos negocios pueden ser el origen de esta muerte", señalaron las fuentes de la investigación. su otra vida. "Yo lo conocí porque me imitaba, le salía la voz igualita, era increíble", comentó el popular conductor radial Abel Duarte. Freddy Cabot condujo un programa televisivo en Canal 5 hace poco más de una década. Con el estilo de Marcelo Tinelli, Cabot tuvo sus "quince minutos de gloria" en la pantalla. También pasó por algunos programas radiales, donde su imitación de Duarte era el plato fuerte. "Eso sí, nunca supe que tuviera un título de economista, mucha plata sí, por lo que me cuentan amigos que lo conocían más de cerca", recuerda Duarte. Sin embargo Cabot tenía su título expedido por la Universidad de la República. Y, lejos de los micrófonos, se dedicaba de lleno a los negocios.

No es fácil investigar en uruguay

En un episodio de CSI, por ejemplo, los ceñudos detectives ya estarían contemplando el destello de la señal del celular robado de la escena del crimen en la pantalla de un mapa georreferenciado. En Montevideo, en cambio, los detectives no tienen más remedio que apretar los dientes y hacer lo que pueden. Uno de los celulares robados de la escena del crimen posee dispositivo GPS. Cuando los investigadores de Homicidios se plantearon seguir esa señal se toparon con una dificultad insoslayable: es feriado, Antel no trabaja hasta el lunes. Otro tanto ocurría con el Banco Central, el Banco República y otros organismos a los que los investigadores policiales deben recurrir para apoyar su búsqueda de la verdad. Todo eso tendrá que esperar hasta el lunes, en horario de oficina. Para entonces algunos rastros ya se habrán desvanecido. "Esto es Uruguay", suspiró uno de los policías. (El País)

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