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CAUSA ABIERTA

"Ruidazo" en Argentina contra Macri

"Ruidazo" en Argentina contra Macri

ace 15 años, con Fernando de la Rúa en la Casa Rosada, caos en las calles, hambre en las casas, una crisis económica y política monstruosa, y mucho antes de que el concepto de hashtag existiera, los argentinos impusieron el "cacerolazo".

La denominación, acuñada por aquellos que salían a protestar con ollas en las que no tenían qué cocinar y que golpeaban con cucharones para hacerse oír (ese fue el concepto original), se asentó en esa sociedad y se extendió durante todo este tiempo -más allá de que la falta de alimentos ya no era un problema- para identificar a cualquier manifestación masiva contra un gobierno.

En estas últimas semanas, esa palabra fue cambiada por una nueva: "ruidazo".

El presidente Mauricio Macri no zafó de esta costumbre argentina y con solo ocho meses en el gobierno ya acumula numerosas manifestaciones por sus medidas económicas.

Cuando asumió, el 10 de diciembre pasado, dispuso el fin del cepo cambiario, lo que disparó el dólar oficial a 15 pesos argentinos, casi a la par con el precio que tenía en el mercado negro, y produjo un casi inmediato incremento en el precio de los alimentos y otros productos que se rigen por los mercados internacionales o que se importaban con divisas compradas a precio oficial.

El descontento se agravó en los últimos meses luego que se anunciara un aumento en las tarifas del gas, agua, electricidad y transporte público, todas tarifas que tenían fuertes subsidios durante el predecesor gobierno de Cristina Fernández y cuyos precios no habían acompañado años de elevada inflación. La medida, justificada por Macri para reducir un déficit fiscal que las autoridades estimaron en 7% en 2015, no cayó nada bien desde el principio.

Los recibos de los servicios básicos se multiplicaron por ocho en promedio, aunque en algunos casos la suba fue hasta por 11.

Pero el mandatario le echó nafta al fuego cuando, ante las quejas por la sorpresa que se llevaron los argentinos al ver la nueva factura del gas -combustible ampliamente utilizado en ese país para calefaccionar-, le dijo a sus compatriotas que debían abrigarse más este invierno.

Cacerolas y bombos
El jueves a la noche se llevó a cabo el segundo "ruidazo" en un mes en distintas ciudades del país, alimentado por las redes sociales para lograr una masiva convocatoria. Las cacerolas siguen estando, pero también hay bombos, bocinas de autos y cortes de calles.

"Iba a escribir Macri pará la mano, pero lo pensé mejor: Macri andate a la mierda", decía una pancarta en el barrio de Boedo. Ese fue uno de los 50 puntos de Buenos Aires donde se reunieron los porteños para protestar por el "tarifazo", otra de las palabras incluidas recientemente en el lenguaje popular de Argentina.

Otras consignas que se leían en los carteles fueron "No al tarifazo" y "Fuera Aranguren", esta última aludiendo al ministro de Energía, Juan José Aranguren, uno de los mayores defensores del incremento de los servicios vinculados a su cartera.
Justicia decide

Mientras tanto, el "tarifazo" espera por una definición en Tribunales. La Cámara Federal de La Plata había dispuesto el 7 de julio pasado anular "con alcance colectivo" la suba del gas, tras la presentación de una ONG de un amparo colectivo, y ordenó "retrotraer la situación previa a las subas" que regían desde abril.

Macri reaccionó inmediatamente. Anunció que el aumento quedaría topeado en 400% para los hogares y 500% para las empresas, intentando que la Justicia avalara así la medida.

Pero no quedó solo en palabras. El gobierno presentó una apelación y este jueves y la justicia argentina concedió el recurso. El caso tendrá que ir ahora a la Corte Suprema, pero hasta tanto, la suspensión del aumento seguirá vigente.

Con quejas o sin quejas, con cacerolazo, ruidazo o como quieran llamarle, Macri está dispuesto a no dar marcha atrás. Su jefe de gabinete , Marcos Peña, fue tajante al respecto la semana pasada: "Hay que dejar en claro que tarde o temprano habrá que pagarlo".

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