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CAUSA ABIERTA

Vecinos y productores rurales juntan firmas para prohibir la soja transgénica en Canelones

Vecinos y productores rurales juntan firmas para prohibir la soja transgénica en Canelones

Vecinos y productores rurales de varias localidades canarias superaron, durante la primera jornada de recolección de firmas contra la soja transgénica, el 10% de las 10mil rúbricas que pretenden conseguir para el mes de diciembre.

La comisión “Por un Canelones libre de soja transgénica y en defensa del agua” anunció –previo al inicio de los actos protocolares por el natalicio de José Artigas- que serán entregarán estas firmas a la Intendencia y a la Junta Departamental para prohibir el uso de este tipo de cultivos en suelo canario.

El 27 de mayo, en la Casa de la Cultura de Sauce, un conjunto de ciudadanos canarios provenientes de distintos parajes (La Armonía, cuchilla de Rocha, La Rosada, Sauce, Toledo, Suárez, entre otros) iniciaron un movimiento social para enfrentar lo que denominan “invasión sojera”.

Álvaro Jaume del “Colectivo Sauce de lucha por la tierra” y Javier Risso, productor de Cuchilla de Rocha explicaron a Rompkbzas se busca establecer un mecanismo y medidas prohibitivas sobre la plantación de la soja en todo el territorio canario. Jaume dijo que “ya llevamos recolectadas más de 1000 firmas en contra de la soja transgénica”.

La preocupación de los productores responde a los métodos extensivos con alta carga de agroquímicos contaminantes y formas de trabajo de la tierra que implica este agronegocio.

“En pocos años el suelo donde se planta soja queda agotado (…) Nosotros somos productores genuinos, que protegemos el suelo y con el agro-negocio de la soja transgénica no es así”, dijo Jaume.

Para Risso “desde la llegada de la soja cambió todo en el departamento: la contaminación del suelo, del agua, del aire y la tranquilidad (…) los campos de soja están en manos de empresas que vienen arrasan con todo y se van”.

Jaume acotó que los riesgos no sólo alteran el ambiente, sino que también afectan directamente la salud humana. “En los cursos de agua ya no quedan ni anguilas, no hay abejas y pájaros y hay gente con la salud destrozada”, sentenció.
El Espectador

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