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CAUSA ABIERTA

Rebelión: Los toros entraron al ruedo de Madrid e ignoraron a los toreros

Rebelión: Los toros entraron al ruedo de Madrid e ignoraron a los toreros

Los tres toreros que hicieron hoy el paseíllo en Las Ventas, en el noveno festejo de abono de San Isidro, coincidían en sus declaraciones, al lamentarse los tres del deslucido e imposible juego de los cuatro toros de Flor de Jara y los dos "remiendos" de San Martín.

Al director de lidia, Fernando Robleño, era al que más se le notaba el sinsabor de la tarde de hoy en Madrid, y así, con el rostro serio y la mirada caída confesaba a Efe al término de la corrida y después de un elocuente resoplido: "Qué difícil es esto, madre mía".

"Me voy fastidiado porque tenía mucha fe en esta corrida y en esta ganadería. Pero así es el toreo, una profesión tan difícil, en la que tienen que darse tantas cosas para alcanzar el triunfo, que a veces para imposible alcanzarlo", señalaba el veterano espada madrileño.

Y no pudo ser porque los toros que conformaron su lote apenas se prestaron para el lucimiento, con un primero noble pero falto de todo, y un cuarto que fue un "pájaro", que se dice en la jerga.

"El primero, al menos, me ha dejado estar y pegarle muletazos, pero la nobleza que tenía la echaba a perder por el poco fondo y las escasas fuerzas que tenía para tirar hacia adelante; y así en Madrid no sirve; y con el cuarto ha sido un trago de verdad, un toro sin ritmo, muy agarrado al piso, y con sentido. Una pena. Me queda la de Cuadri del día 1 tengo que ser optimista, concluía Robleño.

Tampoco Miguel Ángel Delgado, que saludó la única ovación de la tarde, se iba muy allá de la plaza. También serio y resignado, el sevillano aseguraba que tras su paso de hoy por San Isidro "las cosas se me ponen un pelín más cuesta arriba".

"Uno quiere otra cosa, más en mi situación que vengo a Madrid a buscar enderezar mi camino y, al final, me estrello con lo imposible. Mi primero es verdad que sí ha tenido nobleza, me ha dejado pegarle algunas tandas buenas por el derecho, pero ha transmitido muy poco; y el quinto ha sido el típico toro que esconde su peligro, imposible de pegarle un pase ", manifestaba finalmente.

El único de los tres que salía de la plaza con una medio sonrisa en la cara era el mexicano Diego Silveti, quien a base de "actitud, entrega y disposición" justificaba su paso por el coso capitalino, a pesar también de "lo poco" que se dejaron los toros.

"Mi primero ha sido una lástima porque tenía muy bien embroque, mas luego se desentendía del muletazo, y eso sosea y hace que la gente se enfríe. Lo intenté por todos los lados, desde el quite con el capote a las bernardinas y la estocada final; Se vio la actitud, la disposición e intenté hacerlo todo despacito, pero el toro se aburrió pronto", manifestaba el torero azteca de Irapuato.

Este sexto, en cambio, sí me ha dejado estar a gusto con él. En fin, a pesar de no lograr el objetivo me voy satisfecho porque se que desde el minuto uno y hasta la última estocada he dado todo de mí. Ojalá vuelva pronto a Madrid,", concluía.
EFE

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