Blogia
CAUSA ABIERTA

Llegada y salida caótica a la inauguración del estadio Campeón del Siglo

Llegada y salida caótica a la inauguración del estadio Campeón del Siglo

La llegada y la salida a la inauguración del estadio Campeón del Siglo fue caótica, y sin dudas es de los aspectos más importantes a corregir por parte de Peñarol. Hubo otros puntos bajos en la histórica noche carbonera pero no llegaron a empañar la emoción de los hinchas.

La fiesta de Peñarol fue espectacular, pero no perfecta. Como todo lo que empieza, hay aspectos a mejorar, pero de eso se encargarán los responsables. Al hincha le quedó la satisfacción de haber estado ahí en esa noche señalada en la historia del club, y poco le importó cuánto tuvo que caminar, lo complicado que fue entrar y salir, y la pésima acústica desde las cabeceras.

Lágrimas en los ojos, carteles con fotos de viejos hinchas y familiares que desde arriba igual alentaron, celulares que capturaron miles de momentos en sus pantallas y retinas que optaron por dejar la tecnología de lado y grabar cada instante para siempre en la memoria, se mezclaron con dificultades y quejas que, seguramente, sean tenidas en cuenta a corto plazo.

La ubicación del Campeón del Siglo hizo colapsar las dos principales vías de acceso; la Ruta 8 y la 102. Tanto por la continuación de Camino Maldonado como por la del anillo perimetral, el tránsito resultó tedioso desde incluso antes de las 19 horas, como era previsible.

Por aquellas latitudes, a escasos metros del límite con Canelones, no hay vías alternativas para llegar al estadio. Por tanto, mientras no las haya, será indispensable un trabajo conjunto y coordinado con Policía Caminera, no sólo pensando en el show de este miércoles sino también en el encuentro del domingo contra River Plate.

Coches estacionados de los dos lados de la 8 y una larguísima fila circulando por la 102 a paso de peatón desde la 101 hacia el flamante escenario aurinegro obligaron a miles de hinchas (que no son palquistas ni butaquistas) a dejar sus vehículos a no menos de 10 cuadras y hacen pensar en lo obvio; el sentido común indica que es poco factible que en el corto plazo pueda jugarse allí un clásico, salvo que sea sin público visitante.

La acústica desde las cabeceras fue mala, a punto tal que la mayoría del público que colmó las tribunas Gastón Guelfi y Washington Cataldi no escuchó con claridad los discursos de Juan Pedro Damiani, Tabaré Vázquez, Daniel Martínez y Wilmar Valdez, así como tampoco las partes de la ceremonia que se transmitieron tanto por VTV como por la lujosa e impresionante pantalla gigante que engalana la cabecera Cataldi.

Algunos optaron por mirar el encuentro de pie, pues las lluvias de los últimos días jugaron una mala pasada y el cemento estaba mojado y con tierra. Tampoco se desagotaron del todo algunas filas, por lo que hubo que convivir con agua encharcada en más de un sector.

En medio de algunas incomodidades, la gente igualmente se levantó de sus asientos de forma constante. El gol de Morena, el himno del club, el himno del Campeón del Siglo, la entrada de los planteles, las lonjas de Tronar de Tambores con Julio Sosa "Kanela" al frente, los cuatro goles a River Plate y hasta la celebración de alguna pifia de Iván Alonso le pusieron calor y color a la noche.

Luego, la evacuación del público no fue ágil, y la espera para volver a sus hogares de parte de quienes estacionaron sus vehículos dentro del parking del estadio o sobre la ruta 102 resultó casi eterna. Además, la cantidad de barro en los alrededores de un escenario que hace pocos días estaba en obra tampoco ayudó a la rápida circulación de la gente que estaba a pie.

La experiencia marcará los pasos a seguir del que tiene todo para ser el mejor estadio del país. Ir corrigiendo sobre la marcha resultará clave para que las próximas tardes y noches de reencuentro de los fieles carboneros en su catedral sean aún mejores que la primera.
Montevideo Portal l José Luis Calvete

0 comentarios