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CAUSA ABIERTA

Adiós a Berta Cáceres, la ambientalista que hablaba con los ríos

Adiós a Berta Cáceres, la ambientalista que hablaba con los ríos

Las calles de La Esperanza, en el occidente de Honduras, se convirtieron en un río de gente para despedir a Berta Cáceres, una mujer valiente, asesinada el 3 de marzo, quien decía que a través de su madre aprendió a conocer los ríos de su región, con los que hablaba.

En su lucha en defensa de los ríos y demás recursos naturales, fue terca y valiente más que todos los de su etnia lenca juntos, por la que también comenzó a luchar desde que era una adolescente.

A sus honras fúnebres asistieron miles de hondureños, incluso muchos que no le conocieron y que hasta ahora, cuando desde todas partes del mundo se ha expresado repudio por su asesinato, se han enterado de que fue una figura conocida internacionalmente.

No supieron muchos que ella comenzó en su adolescencia a tener una mayor conciencia sobre la importancia de los bosques y los ríos, y que defenderlos era defender la vida de su pueblo.

Antes de que con un grupo de jóvenes de su edad, entre ellos su exmarido, Salvador Zúniga, fundaran en 1993 el Comité de Pueblos Indígenas de Intibucá (COPIN), Cáceres ya tenía conciencia social y crítica, y había definido cuál sería su lucha, con su palabra como única arma, para denunciar la destrucción de los recursos naturales.

Algunos hondureños comenzaron entonces a conocer a Berta Cáceres, aunque la figura más visible al frente del COPIN era Salvador Zúniga, de quien en una ocasión comentó a EFE que "a veces es muy emotivo" en la lucha de la etnia lenca que vive en el occidente de Honduras, una de las zonas más pobres del país centroamericano.

Berta Cáceres en su movimiento COPIN, que después pasó a ser el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), era más pensamiento y acción, haciendo un trabajo de obrera con lo que contribuyó a que los lencas fueran conocidos por sus compatriotas no solamente en los textos de estudio en las aulas.

Quizá nadie como ella, que era la coordinadora del COPINH, hizo trascender tanto a nivel nacional e internacional la situación de pobreza, falta de tierras y marginalidad en que durante muchos años han vivido los lencas.

El propio Salvador Zúniga, con quien procreó cuatro hijos, en las honras fúnebres le pidió perdón a su otrora "Bertita" por no haber podido comprender su "grandeza".

La violencia criminal en Honduras, que en promedio deja unos 13 muertos diarios, ha puesto fin a la existencia de la Berta Cáceres, que encabezó las primeras peregrinaciones indígenas del pueblo lenca a Tegucigalpa para exigir al Legislativo y el Ejecutivo conquistas sociales y respeto a todos sus derechos.

El director de la Agencia Audiovisuales y Análisis de Prensa (AAP), Manuel Torres, indicó a Acan-Efe que "Berta fue una dirigente que amplificó las voces de los indígenas lencas".

Agregó que la dirigente ambiental e indígena "también contribuyó a rescatar a ese pueblo de una especie de prehistoria en la que estaba sumido por intereses que les niegan la condición de sujetos y los reducen a objetos de manipulación y experimentación".

Berta, quien fue asesinada en su casa, en la ciudad de La Esperanza, departamento de Intibucá, un día antes de que cumpliera 45 años, también llevó su voz a varios países de América y Europa.

Por su lucha a favor de la naturaleza recibió reconocimientos internacionales como el Premio Goldman de Medio Ambiente, el 20 de abril de 2015, en Estados Unidos.

Torres también recordó que "Berta, con su carácter solidario y entusiasta de las marchas indígenas a Tegucigalpa, reveló para el resto de la sociedad el dolor de los lencas y ese estado de emergencia permanente en que aún se encuentran".
EFE

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