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CAUSA ABIERTA

Científicos piden 'valentía' para salvar el planeta

Científicos piden 'valentía' para salvar el planeta

Jane Goodall es la primatóloga más famosa del mundo; Roger Payne, el zoólogo que descubrió el canto de las ballenas jorobadas. Los octogenarios adalides de la conservación de la biodiversidad, piden “valentía” en la COP21, la cumbre que busca un consenso planetario ante el cambio climático.

“Es el cuarto de estos eventos climáticos en los que he estado y es un poco desesperante en este momento”, dice Goodall, la británica de 81 años que dedicó su vida a estudiar a los simios, “nuestros parientes vivos más cercanos” y cuya “extinción no nos podemos permitir”.

Embajadora de Paz de la ONU desde 2002, Goodall sonríe con delicadeza, pero subraya con su mirada y sus palabras su firme convicción de que la humanidad debe tomar conciencia de la amenaza que supone el calentamiento global y de la necesidad urgente de un acuerdo mundial vinculante para detenerlo.

Roger Payne, el científico estadounidense de 80 años que de muy joven se enamoró de las ballenas “por su gracia y su belleza”, afirmá que siempre está escéptico “sobre la capacidad de los políticos de ser valientes; la vida en la Tierra depende de que sean valientes. Y si son los mismos cobardes de siempre, siento que no hay esperanza”.

Hasta 11 de diciembre, la COP21 trata en París de alcanzar un pacto para limitar las emisiones de gases con efecto invernadero potencialmente catastróficas para el planeta.

“Si los océanos mueren, nosotros nos morimos. Tenemos que tener otras especies para que la Tierra siga siendo vivible”, enfatiza.

Más fenómenos extremos, desertificación, devastador incremento del nivel del mar, fenómenos migratorios masivos: todo eso quiere revertir la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU.

El cambio, "de abajo hacia arriba"

Para Jane Goodall el verdadero cambio que necesita la humanidad debe venir “de abajo hacia arriba”, “porque el de arriba hacia abajo es para las fotos y luego no pasa nada”.

Por eso, insta a cada persona a tomar conciencia de las pequeñas decisiones cotidianas: “qué compramos, qué vestimos, de dónde viene, cómo llegó aquí”, para “hacer la diferencia cada día”.

“Tenemos que empezar a presionar a algunas de las grandes corporaciones que están causando tanto daño”, dice, convencida de que los niños, “que les dicen a sus padres que ahorren energía y no desperdicien agua”, son la luz que brilla en un horizonte sombrío.

Goodall cree en el “mosaico de la vida”.

“Los monos son una especie emblemática, pero no más especiales que los elefantes, los rinocerontes, las jirafas o los antílopes”, enumera.
El Informador

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