Blogia
CAUSA ABIERTA

Mujica: 'A los ricos en política hay que erradicarlos'

Mujica: 'A los ricos en política hay que erradicarlos'

Es 1 de marzo de 1995. A primera hora de la mañana, José 'Pepe' Mujica llega al Parlamento en su Vespa para su primer día de trabajo como diputado del partido de izquierda Frente Amplio. El policía apostado en la puerta no lo reconoce y, al ver su descuidado aspecto, se le acerca inmediatamente.

-'¿Va a dejar la moto por mucho rato?', le pregunta.

-'Si no me echan, como por cinco años', responde Mujica.

Los años pasaron y, en 2009, fue elegido presidente de Uruguay, pero desde ese momento Pepe Mujica comenzó a llamar la atención mundial por su estilo de vida. Lo llamaron el presidente más pobre del mundo. Él prefiere decir que es austero y ha llevado su filosofía a todo lugar que ha visitado: liviano de equipaje para ser más libre.

Cuando Mujica asumió su cargo como diputado, Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, cesaba como presidente de Uruguay (1990-1995). Un hombre antagónico. Lacalle vive en Carrasco, un barrio caro de Montevideo, tiene una casa en Punta del Este, es dueño de 948 hectáreas de campo, conduce su camioneta Toyota Hilux o su auto Corolla y hasta se preocupa por qué perfil de su rostro mostrar a las cámaras.

Años después, Mujica y Lacalle se enfrentaron en las elecciones nacionales de 2009, que finalmente dieron la Presidencia al líder de izquierda. Durante la campaña, las diferencias ya notorias entre ambos se hicieron aún más visibles.

Lacalle propuso que junto a los asentamientos se instalen unidades en las cuales las personas que allí viven puedan darse un baño, cortarse el pelo y acceder a asistencia médica, mientras se les construirían nuevas viviendas.

A eso, Mujica respondió: "No tiene que sorprendernos que nos acuse de vivir en cuevas o sucuchos, porque se siente ofendido en su espíritu aristocrático de clase poseedora, de patricio de doble apellido que siente odio permanentemente por aquello que le puede cuestionar su intención de poder".

El pasado jueves 21 se publicó el libro 'El club de los Millones. Ser rico en Uruguay' del diputado y politólogo Fernando Amado. En el libro, Mujica y Lacalle opinaron sobre la riqueza en su país. Las diferencias aparecieron otra vez; tanto, que Amado tituló el capítulo 'El agua y el aceite'.

"¡Qué lindo tema! ¡Vas a vender un montón!", le dijo Lacalle

"¡Ah, pero tenés a todos los bagres juntos, eh!", le dijo Mujica.

Mujica recibió al autor en su chacra. Lo esperaba sin su dentadura postiza con una incipiente barba y vestido con boina oscura, un pantalón holgado, chaqueta peluda y zapatos anchos sin calcetines. Junto a él, una bolsa de bizcochos y el mate.

Lacalle lo hizo en su despacho del Senado uruguayo. La figura era otra. Pantalón gris, camisa celeste, chaqueta azul y corbata. Allí, el ex presidente planteó que el uruguayo aspira como su proyecto a tener "el ranchito, la casa de la playa y el altar de la carne [un parrillero]".

"Lo fantástico es que nadie quiere mucho más que eso. Y entonces, como una gran masa no quiere más que eso, a veces le incomoda o le molesta que uno se salga de esa norma y quiera más", dijo Lacalle.

Mujica, en cambio, consideró que "pobres son los que necesitan mucho porque eso no tiene fin". Les "absorbe el grueso del tiempo de la vida porque la preocupación del que tiene mucho es grande: que le roban, que de acá, que de allá, qué va a pasar con esto, que los precios, que los valores de la Bolsa". "Yo hallo que una vida sobria le da a uno mucho más margen y más tiempo para gastarlo en las cosas que a uno le gustan. Y eso se llama libertad", agregó.

Sin embargo, Lacalle lo define como "virtucidio", porque considera "muy meritorio que, en una época de consumismo, haya una enorme cantidad de gente que diga 'yo necesito tanto'".
'Un mal necesario'

Mujica tiene relación hasta de amistad con empresarios de primer nivel en Uruguay. El argentino Juan Carlos López Mena, dueño de Buquebús; el representante de futbolistas, Francisco 'Paco' Casal, y Alberto Fernández, dueño de la pesquera Fripur, entre otros.

Como gobernante los considera un "mal necesario", porque es a quienes puede aplicar "presión fiscal" pero "sin pecar de exceso de fiscalidad porque si no se retraen, no invierten y se van". Pero le preocupa más cómo los gobiernos contribuyen a profundizar la concentración de la riqueza. "Y no podemos escapar porque los latinoamericanos nos estamos disputando quién se baja más los pantalones. Es diabólico", sostuvo.

Los favores políticos lo desesperan. Las campañas electorales cada día se centran más en la imagen televisiva y la propaganda. Los políticos piden a los empresarios dinero para estas campañas y luego, cuando el candidato llega a ser presidente, son estos empresarios quienes negocian los mayores contratos de inversión.

"¡Nos va a llevar a la ruina moralmente porque vamos a quedar atados de las bolas! Hay empresas que dan a todos. Le ponen un huevito a cada uno. Ahora, después ¿cómo les parás el carro?", dijo Mujica.

Por ello, Pepe insiste en que a "los ricos en política hay que erradicarlos". "No puedo hacerlo porque es una discriminación. Pero conceptualmente lo he dicho por todo el mundo, al que le guste mucho la playa que vaya al comercio o a la industria, pero ¿adentro de la política? ¡No! ¡Hay que correrlos!".
Fuente El Mundo

0 comentarios