Día de los Muertos en Uruguay con cementerios abiertos hasta la hora 18

El Día de los Muertos se celebra el lunes 2 de noviembre en la intimidad o en los cementerios, pues personas que no suelen visitar las tumbas de los seres queridos que fallecieron escogen esta fecha para hacerlo. Por esta razón los cementerios recibirán en esta fecha una concurrencia mayor a la habitual y permanecerán abiertos entre la hora 7.30 y las 18.

Este lunes las inhumaciones se realizarán desde la hora 7.30 a las 12.45, pero los cementerios permanecerán abiertos al público hasta la hora 18, según informó la Intendencia de Municipal de Montevideo (IMM) a través de su página web. En el Cementerio del Norte funcionará un servicio especial de transporte de la empresa Cutcsa para "acercar al público a las zonas más alejadas de la puerta de ingreso".

En el calendario religioso, ayer se celebró ell Día de Todos los Santos, en tanto el sábado se pudo ver en los barrios a los niños disfrazados de brujos al caer el sol por el día de Halloween, una fiesta popular en otras latitudes que desde hace algunos años se realiza también en el país.

A diferencia de lo que ocurre en Uruguay o en los países de la región, existen zonas del planeta donde se realizan fiestas protagonizadas por calaveras pintadas, como en México, donde quienes recrean el Día de los Muertos incluso llegan a armar santuarios en sus casas con fotografías de los muertos y la comida que ellos preferían cuando estaban vivos.

Las comunidades indígenas recuerdan a sus muertos celebrando el retorno transitorio a la tierra de los familiares y seres queridos fallecidos. Estos preparativos se realizan con particular esmero, pues existe la creencia de que un difunto puede traer la prosperidad o la desdicha, según le resulte o no satisfactorio el modo en que la familia haya cumplido con los ritos, explica el sitio web de la Unesco, que inscribió esta práctica en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Por otra parte, El Día de los Muertos es el día designado en la Iglesia Católica para la conmemoración de los fieles difuntos. Sus almas se limpian desde la vida, según la creencia, para que éstas puedan alcanzar la visión beatífica, gracias al sacrificio de la misa. Por esto se sigue la costumbre de visitar los panteones y llevar flores a las tumbas, porque se quiere expresar el afecto por la persona fallecida.