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CAUSA ABIERTA

"Huidobro es el nuevo Amodio Pérez"

"Huidobro es el nuevo Amodio Pérez"

La frase la pronunció hace unos meses el dirigente del grupo frenteamplista Ir, Alejandro Zavala, molesto por la defensa que el ministro de Defensa hace de sus subalternos, y terminó por exteriorizar un estado de situación casi permanente entre los tupamaros o extupamaros, en el que la acusación de "traición" está siempre a flor de labios.

En relación al ministro, el extupamaro Samuel Blixen publicó una crítica y críptica columna en el semanario Brecha que cierra con una sugestiva afirmación: Huidobro defiende la teoría de los dos demonios porque "debe tener una explicación todavía oculta".

No menos duro fue con él su viejo compañero Jorge Zabalza, quien recordó cuando el 14 de abril de 1972 dos tupamaros fueron ejecutados por la Policía y Huidobro, escondido en un berretín y herido, se entregó. "Fernández podía haber gritado 'soy el Ñato y no me entrego', como lo hicieron Ernesto Guevara, Camilo Torres, Mario Santucho, Miguel Enríquez y Raúl Sendic. Como lo hicieron cientos de mujeres y hombres en este continente azotado en los 70 por el terrorismo de Estado. En cambio eligió salvar el pellejo, pedir por el juez Echeverría y por 'Campitos', aunque no podía saber a ciencia cierta si se lo iban a respetar. (...) Ese 14 de abril fue el cruce de caminos que definió a Fernández, ese día hizo la opción que determinó el resto de su vida. La continuó desarrollando poco más tarde, al proponer la rendición incondicional del MLN en el Batallón Florida. Cada vez que se mira al espejo o cada noche que lo desvelan los gritos de Ivette y Luis (los tupamaros ejecutados), se ve a sí mismo negando tres veces a Jesús de Nazaret, Espartaco, Túpac Amaru y Ernesto Guevara", dijo Zabalza.

A su vez, el extinto Ricardo Perdomo Perdomo escribió en su libro Yo soy Rufo y no me entrego: "Lo repetiremos para que no haya dudas, no fue solo Amodio (Pérez) el que entregó infraestructura, armas y hombres". Y se pregunta cómo quienes salían a contactarse con compañeros fuera del cuartel ignoraban que podían ser descubiertos: "La verdad es que para la Inteligencia Militar, aunque hubiesen sido los más estúpidos del mundo, ¡unos prisioneros como estos daban gusto!", dice Perdomo Perdomo. Y agregó en su momento: "(salían con) milicos a las calles para apuntalar compañeros que se resistían y dentro de cuarteles para convencer a los díscolos, uno de los casos más emblemáticos lo viví personalmente y fue el interrogatorio que me hizo el compañero de dirección Wassen Alaniz".

Perdomo Perdomo sostuvo que el "equipo Huidobro" que salía de los cuarteles "debía transformar a los de afuera en otros tantos colaboradores de la milicada, Huidobro, que se entregó con Cámpora, porque tenía miedo de morir, luego de haber escuchado con total claridad cómo asesinaban al matrimonio de la casa donde estaban ocultos. Le quedó esa cola de paja. Amodio se entregó, Zabalza se entregó, Rosencof se entregó, Marenales se entregó...!

El también extupamaro Esteban Pereyra Mena aportó en su momento su sombra de duda contra Huidobro: "En prisión me planteó la rendición y le dije: 'Ñato no solo me parece que lo que vos planteás es una traición; ¡vos sos un traidor!'".

"¿Por qué defiende Huidobro tanto a los milicos? Porque él es un traidor condenado; la izquierda revolucionaria sabe que lo va a ejecutar, a Rosencof lo mismo", dijo Pereyra Mena. l

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