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CAUSA ABIERTA

El último deseo de una adolescente: sacrificar su vida para salvar la de su amigo

El último deseo de una adolescente: sacrificar su vida para salvar la de su amigo

Una adolescente escribió en sus años de instituto tres cosas que quería hacer antes de morir. El cumplimiento de la tercera supuso su muerte. Esta es la entrañable historia de Rebecca

Lo hemos visto en muchas películas y siempre resulta tremendamente emotivo: el protagonista de una historia se sienta delante de papel y boli (es importante mantener la parte 'analógica') y escribe la lista de cosas que quiere hacer antes de morir.

No hay un número exacto y no hay reglas. Simplemente, uno sabe lo que quiere y lo que es importante para él y como tal lo escribe. Es una manera de hacer una especie de promesa con uno mismo y no siempre se comparte necesariamente con alguien. Muchas veces, es absolutamente íntima y personal.

Rebecca Townsend, de Connecticut (Estados Unidos), escribió su lista de cosas que hacer antes que morir [en inglés se llama 'bucket list'] cuando estaba en su segundo curso de instituto. Fue un ejercicio que se les propuso como parte de una clase, así que la suya fue algo menos privada de lo esperado. Rebecca escribió estos tres deseos:

-Viajar a España
-Dar un beso bajo la lluvia
-Salvar una vida

Pasaron los años y Rebecca cumplió las tres. Un verano viajó con su familia a España. Y una tarde lluviosa su novio la besó mientras se mojaban.

Pero tristemente, la última supuso su muerte. Rebecca, que iba a empezar la universidad dos meses más tarde, fue este pasado 2 de julio a ver fuegos artificiales con sus amigos. A la vuelta, ella compartía coche con su amigo Ben Arne y chocaron contra un coche. Ben sobrevivió, pero Rebecca murió. Tenía 17 años de edad.

Cuando Ben salió del hospital, lo primero que hizo fue ir a visitar a la familia Townsend y les dio que Rebecca le había salvado la vida: "Lo última cosa que recuerdo es a Rebecca ayudándome a salir del coche y diciéndome que me diera prisa".

Semanas más tarde, la familia de Rebecca se sintió preparada para reunirse y ver juntos sus cosas, en un pequeño (gran) acto de recuerdo. Entre los papeles de su escritorio, apareció aquel ejercicio de clase en el que Rebecca había escrito cuando estaba en el instituto qué cosas quería hacer antes de morir.

Y se dieron cuenta de que había cumplido las tres. Todos lloraron extremadamente emocionados y lo tomaron como una anhelada prueba de que Rebecca les estaba enviando un mensaje diciéndoles que todo estaba bien.
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