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CAUSA ABIERTA

La policía uruguaya se enfrenta a un muro infranqueable: los secuestros

La policía uruguaya se enfrenta a un muro infranqueable: los secuestros

Un generalizado estado de preocupación, hasta ahora mantenida en reserva, se comenzó a instalar en la Policía cuando en abril de 2013 el narcotraficante Fernando Marcos Medina Ludueña fue asesinado en presencia de su pareja. En ese momento los medios de comunicación informaron que se trataba de un ajuste de cuentas, pero la Policía sabía que era otra cosa: un intento de secuestro.

Desde entonces y a la fecha, alrededor de una decena de secuestros concretados, otros abortados y un número no determinado bajo sospecha instalaron esta modalidad, casi inexistente hasta ahora, en determinados sectores de la población, en particular aquellos que tienen algún vínculo con la delincuencia.

Para el comando superior de la Policía los pronósticos acerca de que este delito tarde o temprano se instalaría, cobraron realismo. Los policías saben que en otros países el secuestro siguió un sendero previsible: primero se dio entre delincuentes y luego saltó hacia la población en general.

Subrayado informó ayer que una mujer de 24 años “fue secuestrada días atrás por delincuentes encapuchados que la abordaron cuando salía de su casa en el Cerro, la subieron a un vehículo y la mantuvieron privada de libertad en una vivienda por 48 horas”.

 “Los secuestradores se comunicaron con la familia y exigieron un monto importante de dinero a cambio de la liberarla. Tras dos días de cautiverio, la familia de la víctima pagó el rescate y la joven fue liberada ilesa”, publicó Subrayado citando fuentes judiciales.

El caso, según el informativo, lo tiene la jueza María Helena Maynard. Fuentes policiales dijeron que en otros juzgados hay varios casos más de secuestros concretados. En uno de ellos se pidieron US$ 50 mil pero se terminaron pagando US$ 20 mil.

La Policía tiene indicios serios de alrededor de una decena de secuestros entre bandas de delincuentes que afectan a estos o a sus familiares. Pero además, tiene sin confirmar un número mayor de gente que presumiblemente pagó pero no hizo la denuncia para evitar un contacto con el sistema judicial.

Las fuentes dijeron que en varios casos se utilizó la figura del informante encubierto, que permite brindar información a cambio de beneficios judiciales. La Policía teme que si se filtran detalles de estos hechos alguno de ellos pueda correr serio riesgo de muerte. “Por ahora se están dando en ámbitos vinculados a la delincuencia, pero ya sabemos y se ha alertado que, instalada la modalidad, es cuestión de tiempo para que se empiece a aplicar contra la población honesta”, dijo un investigador.

En el caso del narco Medina, conocido como El Pitufo y exmiembro de la barrabrava de Peñarol, su pareja fue testigo de que varios hombres quisieron raptarlo. Ante su resistencia, lo ejecutaron.“Sabemos que iban a pedir rescate por él”, dijo un policía, quien agregó que algunos delincuentes que participaron en secuestros luego fueron detenidos cometiendo otro tipo de delitos graves. No obstante, se están reuniendo pruebas para procesarlos también por secuestro.
Fuente El Observador

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