Blogia
CAUSA ABIERTA

Dos ex cancilleres de Uruguay en furioso duelo dialéctico para ver quién favoreció a banqueros corruptos

Dos ex cancilleres de Uruguay en furioso duelo dialéctico para ver quién favoreció a banqueros corruptos

El senador Sergio Abreu planteará el próximo martes en la Cámara alta una cuestión de fueros contra el doctor Gonzalo Fernández por haberlo tratado de mentiroso por la clausura de la causa contra los hermanos Peirano. Al respecto Fernández se preguntó "¿Cómo va a plantear una cuestión de fueros si yo no le hice ninguna imputación sobre su actividad parlamentaria y solamente le dije que faltaba a la verdad, al afirmar que yo le había pedido que presentara y apoyara en el Parlamento la derogación del artículo 76 de la ley 2230?", afirmó el ex canciller en un reportaje que le hizo La República. El jurista abundó en detalles sobre la conversación en la cual se basa el senador Abreu, al afirmar que el doctor Fernández le había pedido la "gauchada" de eliminar el artículo 76 de la vieja ley de 1893, cuya derogación sirvió de base al Tribunal de Apelaciones para decretar la clausura de la causa contra los hermanos Peirano. Al respecto el ex canciller fue explícito: "El doctor Abreu era un asiduo visitante de la Cancillería. Cada 2 meses aproximadamente en su condición de integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado me pedía audiencia para interiorizarse de los temas que estaban en la agenda. Dada esa frecuencia en el Ministerio lo denominábamos risueñamente como "canciller in pectore". A la salida siempre lo esperaban periodistas para hacer declaraciones sobre esa entrevista, al punto tal que tuve que pedirle que si quería hablar conmigo no se trajera todas las veces a los periodistas para buscar notoriedad. La entrevista en la que él afirma que yo le pedí la derogación del artículo 76, ocurrió hace 2 años, un artículo que yo mismo le había dicho a Astori cuando se presentó el proyecto, mucho tiempo atrás, que no debía ser derogado porque los Peirano estaban presos y procesados precisamente por ese artículo y su derogación implicaba la inexistencia del delito en ese momento y en esa causa. Abreu vino como hacía siempre a mi despacho y hablamos no me acuerdo si sobre el Mercosur o Unasur o temas por el estilo y ya al retirarse en pleno saludo me comentó que estaba muy contento con el trabajo realizado en el proyecto de ley sobre reorganización empresarial y declaración del concurso judicial. Hablamos a lo sumo un minuto sobre el tema y yo le advertí que miraran con mucha atención el tema de las derogaciones contenidas en ese proyecto porque era un tema de gran complejidad jurídica y de articulación de numerosas normas. Y tan es así que basta con que cualquier ciudadano baje de Internet el artículo 256 de la ley 18.387 aprobada y verá decenas de párrafos de múltiples derogaciones que si no se ponía mucha atención sobre ellas podían cometerse muy fácilmente errores de técnica legislativa. Mi comentario duró un minuto. No le pedí en modo alguno que impulsara la derogación del polémico artículo 76 de la 2230, ni ningún otro artículo de esa ley ni de ninguna ley de nuestro derecho positivo. El senador Abreu falta a la verdad cuando afirma lo contrario para eludir su responsabilidad en la presentación del proyecto de su autoría de sólo dos artículos, uno de los cuales deroga a texto expreso el artículo 76 de la 2230. Esta es la verdad e ignoro por qué motivos el senador Abreu afirma que yo le pedí que me hiciera el favor de derogar ese texto, aparentemente para favorecer a los Peirano. Al respecto quiero hacer dos precisiones. La primera es que esa derogación, que yo no impulsé, en el momento en que la presentó Abreu, no favorecía a los Peirano porque ya estaban libres por gestiones de la OEA y porque ya estaban acusados de un nuevo delito con penas más severas como es el de insolvencia societaria fraudulenta. Sí, favorecía a los Peirano si esa derogación se hubiera aprobado cuando los banqueros estaban presos solamente por el delito establecido en el artículo 76 de la 2230 y por eso fue que me opuse a esa derogación y llamé a Astori para decirle que debían sacar del proyecto esa derogación porque si no los encausados, que estaban presos, quedarían sin delito y en libertad. Astori me agradeció la observación y esa derogación se eliminó del proyecto concursal que finalmente se aprobó. La segunda precisión en que en todo momento fui coherente. Cuando el entonces diputado blanco, Alvaro Lorenzo me preguntó sobre la incidencia de la derogación del artículo 76, cuando ya los Peirano estaban libres y les imputaban un delito más grave que el establecido en ese artículo, le di mi opinión, que sigo manteniendo, que esa derogación no implicaba la inocencia de los encausados ni el archivo de la causa. Es la misma opinión que sostiene la jueza que denegó la clausura de los procedimientos y de la propia fiscal. El hecho de que un Tribunal de Apelaciones se haya equivocado y decretara la clausura de los procedimientos penales, no modifica mi opinión. Creo que se trata de un error del Tribunal y también creo que si la fiscal pide la casación de la Suprema Corte, ésta probablemente revoque ese fallo y el juicio contra los Peirano por un delito más grave que el del artículo 76, como es el de insolvencia societaria fraudulenta, proseguirá su curso. La tercera precisión sobre este punto, es que si yo hubiera querido que se derogara, ahora sí, el artículo 76 de la 2230, no se lo hubiera pedido a un legislador del partido adversario sino a los de mi partido. Pero lo cierto es que no se lo pedí a nadie, ni a Abreu, ni a los legisladores de mi partido, porque estaba en otros menesteres y no era mi responsabilidad. Cuando fue mi responsabilidad siendo secretario de la presidencia, actué y pedí que no se eliminara el artículo 76 de esa ley porque traería consecuencias inmediatas en la causa penal contra los Peirano".

0 comentarios