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CAUSA ABIERTA

Piloto reconoció error que provocó la caída del helicóptero al Río de la Plata

Piloto reconoció error que provocó la caída del helicóptero al Río de la Plata

"Fue un error nuestro", alcanzó a decir el piloto Carlos Cano, casi sin aliento y después de recorrer más de un kilómetro hasta un campo lindero a la costa. El Bell 206 había desparecido bajo las aguas del Plata. Eran poco después de las 11 cuando los tres peones de la estancia Agua Viva oyeron el estruendo. "Fue como si explotara una garrafa", dijo Héctor Márquez (45). Él y sus compañeros José Eduardo Camisa (21) y Nelson Fernández Reyes (39), fueron los primeros en ver a aquel hombre casi exánime, con una herida en el rostro avanzar hacia ellos, casi una hora después del estruendo. Antes de caer temblando por efectos de la hipotermia, el piloto Carlos Cano (52) pudo decirle a los tres trabajadores lo que había ocurrido. "Tuvimos un accidente, fue un error nuestro, mi compañero venía manejando, no pude sacarlo", recordaron los peones que dijo Cano. Atrás quedaba el Río de la Plata. El lugar, a unos tres kilómetros del balneario Kiyú, en San José, y a unos 10 kilómetros de la ruta 1, a la altura del mojón 50. A esa hora un denso banco de niebla impedía ver nada, aunque Cano había tomado la precaución de marcar el sitio del siniestro en la costa. Según relata El País, mientras los peones abrigaban al sobreviviente y lo cargaban en un vehículo hacia el hospital de Libertad, las operaciones de búsqueda ya habían comenzado para la Fuerza Aérea. De hecho, el alerta había comenzado luego de detectar por última vez la aeronave en las pantallas de radar a la hora 10.40, mientras la aeronave volaba a una altura de 61 metros sobre el nivel del mar. Fuentes de Fuerza Aérea señalaron que en ningún momento recibieron un llamado de auxilio de los tripulantes.
El Centro Coordinador de Rescate Aéreo desplegó de inmediato una operación de búsqueda. Sin embargo, los primeros sobrevuelos no alcanzaron a distinguir el punto del accidente sino hasta mucho después cuando con ayuda de un gomón de la Prefectura Naval se recorrió la zona y los rescatistas de Fuerza Aérea hallaron los primeros indicios: fragmentos de la aeronave, trozos de papel, elementos que flotaban en las aguas del estuario a unos 150 metros de la orilla. De ese modo comenzó la búsqueda, al principio con la angustiosa expectativa de hallar al segundo ocupante del helicóptero con vida. Aunque la extremadamente baja temperatura de las aguas extinguía rápidamente toda esperanza.
El segundo ocupante era uno de los abogados más prestigiosos del país. Un hombre que además amaba volar en helicóptero y que lo hacía regularmente, como en esta ocasión para un viaje relámpago a Buenos Aires. El abogado Daniel Ferrere era quien iba al mando de la aeronave en el momento del siniestro, según se desprende de las breves palabras del piloto al llegar a la costa.
El punto de búsqueda tiene una profundidad máxima estimada en unos 3,5 metros, según indicaron fuentes de la Armada.
Aunque en principio las tareas de búsqueda estuvieron en manos de Fuerza Aérea, por requerimiento del juez letrado de Libertad, Pablo Misa -en cuyas manos está la investigación del siniestro- ordenó que continuara la Prefectura Nacional Naval. Un equipo de rescatistas fue enviado al punto en el helicóptero de la Presidencia.
Aunque el piloto había marcado el punto del siniestro, el hallazgo no fue sencillo pese a que no había demasiada profundidad. Incluso, para entonces ya se tenía la certeza que el helicóptero estaba prácticamente entero, salvo por fragmentos del fuselaje hallados flotando en las aguas.
"Casi de inmediato a esa zona la profundidad es mucho mayor, cae como en picada", explicó el capitán de fragata Fernando Martínez, de la Subprefectura Naval de Santiago Vázquez. Desde el principio los buzos de la Armada tuvieron un inconveniente agregado. Y fue el de la imposibilidad de que la búsqueda fuera visual, dado el nivel de turbiedad que tienen las aguas del Río de la Plata.
De hecho, si bien la aeronave fue hallada alrededor de las 13 horas, no fue sino hasta las 16 que los buzos pudieron tener la certeza de que dentro de la cabina estaba Ferrere.
El abogado había quedado aprisionado por los arneses de seguridad del asiento del piloto. De hecho, y según señalaron más tarde allegados a Ferrere, este se desvaneció y cayó sobre los mandos del helicóptero, sin que el piloto Cano pudiera hacer nada para tomar el control del vuelo.
De hecho, según llegó a relatar el propio Cano después, luego de salir de la cabina se sumergió dos veces para intentar liberar a Ferrere, pero no pudo hacerlo.
Tampoco le resultó sencillo a los buzos navales, que debieron valerse de tijeras para cortar los arneses y poder extraer el cuerpo.
A las 17 horas los efectivos navales pudieron, por fin, traer a tierra el cuerpo de Ferrere. El abogado vestía un traje color azul marino, camisa blanca, una corbata azul con rayas grises. Presentaba algunas heridas en la cabeza y en el tórax, que el médico forense procurará establecer a qué obedecieron.
Una hermana del abogado, la contadora Cecile Ferrere, fue quien llegó hasta la zona del siniestro para realizar el reconocimiento del cuerpo. En rigor, la profesional debió trasladarse hasta el hospital de San José para hacerlo.
Ahora, mientras la familia y los allegados de Ferrere intentan superar la congoja, comienza la búsqueda de la verdad. (Producción: José Luis Álvarez)
Juez interrogará al piloto y aguarda pericias
La investigación del siniestro aéreo se cumplirá desde varias vertientes y bajo la supervisión del juez letrado de la ciudad de Libertad, Pablo Misa.
"Vamos a aguardar por los informes técnicos, suponemos que el piloto (Carlos Cano) será interrogado en actas por personal de la Prefectura, nosotros lo interrogaremos en sede judicial el próximo martes", informó ayer el magistrado.
La investigación se desarrollará en el plano policial en la órbita de la División Investigaciones y Narcotráfico (Divin) de la Prefectura Nacional Naval. De hecho, el personal de la Divin ya estuvo ayer de tarde trabajando en el lugar del siniestro.
En forma paralela, la comisión investigadora de accidentes aéreos de la Fuerza Aérea procurará establecer por qué causas cayó al agua el helicóptero Bell 206. Fuentes del arma de aire señalaron que la aeronave tuvo movimientos bruscos en los controles y se inclinó a la derecha para caer a las aguas en esa posición. Se ignora si hubo alguna falla mecánica.
Por último, los peritos del Instituto Técnico Forense del Poder Judicial procurarán establecer de qué manera sobrevino la muerte para el abogado Daniel Ferrere. No se sabe, por ejemplo, si nunca recuperó la conciencia luego de caer aparentemente desvanecido sobre los mandos, o si intentó salir de la cabina por sus medios.

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