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CAUSA ABIERTA

España adora al pulpo

España adora al pulpo

Ni el mítico "kraken", ese monstruo de tentáculos descomunales capaz de arrastrar buques a las fosas marinas, iguala en fama a Paul, un octópodo adivino que ha augurado que España ganará el Mundial 2010. Hoy todos adoran a Paul, pero si la Roja pierde, ni Mandela logrará que el pulpo no acabe en la olla.
Porque si las predicciones de Paul fallan, quienes ahora pagarían para traerlo a España a cuerpo de rey -de los mares- como reclamo turístico, seguramente también quisieran traerlo, pero para pasarlo por la plancha, y no exactamente a la manera de los piratas.
No por nada el pulpo es un alimento bien apreciado y consumido en España. Es fácil de encontrar todo el año, tiene poco valor calórico, es rico en calcio y aporta vitamina A. Pero lo más importante de todo, está riquísimo.
Así que teniendo en cuenta que la fama del pulpo es tradicionalmente debida a su valor gastronómico más que a sus capacidades premonitorias, aquí van unas cuantas ideas para que si Paul no atina, al menos nos resarzamos por el estómago.
Lo primero es ablandarle las carnes al pulpo, en caso de que sea fresco. Esto es, darle una buena somanta de palos que además de necesaria para que quede tierno, servirá de catarsis por lo del partido... De ahí la expresión "recibir la del pulpo".
Otra opción más pacífica que darle una paliza es congelarlo, ya que este proceso rompe las moléculas proteicas que conforman la carne del pulpo y le resta dureza, con lo que luego basta con cocerlo, aunque sin excederse en el tiempo, porque quedaría correoso.
El pulpo debe ser introducido en el agua cuando ésta ya hierve, y si se le añaden a la cocción una cebolla partida y una hoja de laurel se potenciará el sabor de su carne.
Recetas hay a cientos pero la reina es sin duda la más sencilla: el pulpo a la gallega o "a feira", con la carne cocida y cortada en rodajas y un aliño sencillo a base de pimentón, sal gorda o maldon y aceite de oliva. Puede servirse sobre un lecho de patatas cocidas, tanto mejor si son cachelos.
Otro clásico perfecto para el verano es el salpicón de pulpo, con cebolla, pimiento rojo y verde, tomates, aceite, vinagre y sal, todo bien fresco y cortado en dados o también al estilo de la andaluza "pipirrana". Además, se le pueden añadir otros tipos de marisco, como gambas o langostinos para hacer compañía al pulpo. O los socorridos palitos de surimi.
Menos extendida, pero exquisita, es la receta del pulpo a la murciana, en la que al agua de la cocción se le añaden cerveza, vino blanco, aceite, coñac y pimienta negra molida. Una vez cocido, el pulpo se pone en una fuente, se baña con un chorro de coñac y se hornea hasta que se dore por fuera, añadiéndole caldo para que no se reseque.
Empanada de pulpo, pulpo guisado o arroz marinero con pulpo son otras alternativas para degustar este manjar, con el que para beber -o maridar, que suena más rimbombante- lo perfecto es un vino blanco sin crianza, aunque tampoco desmerecen uno con crianza o un espumoso.
Crucemos, en fin, los dedos para que Paul haya acertado nuevamente y España gane el Mundial, lo que lo convertirá, según el mejor cocinero del mundo, Ferrán Adriá, en "el primer pulpo que no vamos a cocinar".

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