"Holanda jugará la semifinal con un Uruguay especialista en romper pronósticos"

Los holandeses llegan con un abierto favoritismo al partido de este martes. Los 'charrúas', por su parte, siguen con ese perfil bajo y se ven con ganas de alcanzar la gloria en el Mundial de 2010. Corre la sensación de que Holanda ya es finalista de la Copa del Mundo de Sudáfrica. En el centro de prensa de esta ciudad, luego del último entrenamiento de Uruguay en esta ciudad (el domingo pasado y a puerta cerrada), antes de agarrar avión  para Ciudad del Cabo, donde el martes se juega la primera semifinal de este Mundial, los enviados especiales de todo el mundo están más preocupados por el megapartidazo del miércoles, en Durban, entre Alemania y España, y debaten sobre cuál de ellos es más rival para Holanda en la que adelantan será la final del próximo domingo en Soccer City. ¿Acaso no hay que jugar antes el partido entre Holanda y Uruguay? "A Holanda le queremos ganar", dice con serenidad el técnico 'charrúa' Óscar W. Tabárez, a pesar de tener que remendar su equipo por lesiones y suspensiones.
Su baja más importante quizás sea la de su máximo artillero en el campeonato, Luis Suárez, quien fue expulsado al inmolarse, desesperado, en el último minuto del extratiempo contra Ghana: le metió la mano a un balón que iba para adentro y que hubiera sacado a Uruguay del Mundial.
Tampoco puede contar con su zaguero  Jorge Fucile, castigado por dos amonestaciones, ni con Nicolás Lodeiro, por 'trazo de fractura sin desplazamiento de la base del quinto metatarsiano del pie derecho'.
De 'ñapa' su capitán, Diego Lugano sufre un esguince en el ligamento interno de la rodilla derecha, torcedura que lo obligó a ser relevado en el  partido contra Ghana. "Ya casi no siento dolor" dijo en referencia a su lesión, antes de dar su concepto sobre el duelo contra Holanda: "En Uruguay para hacer historia hay que ser campeón del mundo. Nos quedan dos finales y ser campeón del mundo es tan difícil como posible".
Todo apunta a que estarán en la titular, entonces, Diego Godín, Martín Cáceres, Wálter Gargano y Álvaro Pereira. Y es posible, así corra la sensación de que Holanda ya ganó sin haber jugado, luego de haber empacado a Brasil en un viaje de regreso a casa sin escalas,  sin haber jugado.
Por eso, el técnico holandés, Bert Van Marwijk, ha tratado de ponerle los pies sobre la tierra  a la prensa europea: "Uruguay no ha llegado hasta esta fase por su cara bonita. Ellos han luchado y sobrevivido en el Mundial. Como nosotros, merecen su lugar en las semifinales y no deben ser subestimados en ningún caso", declaró.
Dentro de las presunciones previas al partido, se cree que Holanda, la poderosa selección que no pierde hace 24 partidos (el último fue en septiembre del 2008, un amistoso contra Australia, 2-1), ganará fácil a pesar de no haber desarrollado un juego especialmente brillante en este torneo, basado en su  4-2-3-1, con  su desbordante juego por la bandas de Robben y Kuyt, con los chispazos de Sneijder y la fuerza de Van Pierse y a pesar de tener sancionado a De Yong, el hombre de la 'guadaña'.
A la intuición de la ofensiva holandesa, se contrapone la de la seguridad y espera uruguaya, con su 4-4-2 de precaución. "Holanda es una selección con mucha dinámica y muy buen nivel, con jugadores desequilibrantes en el mano a mano y exuberante físicamente.
Pero, humildemente, creo que estamos en condiciones de darle pelea, que tenemos argumentos futbolísticos como para poder ganar el partido». Para los uruguayos el Mundial no ha terminado, así quieran hacerlo ver los periodistas europeos. Puede que los pronósticos se cumplan, pero para eso, Holanda debe ganar en la cancha mañana y no en los teclados de los portátiles en la víspera. Porque de romper favoritismos, Uruguay sabe, como en aquel 'Maracanazo' cuando le ganó a Brasil, en Río, el mundial de 1950.
Y como ya lo dijo Lugano: "La prensa especializada pone a Holanda como favorita, pero yo no creo que en estas instancias de un Mundial haya muchas diferencias. Ellos juegan de una manera diferente, pero las dos selecciones llegamos aquí por mérito. Y para nosotros llegar a la final es tan difícil como posible...". (El Tiempo de Bogotá)