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CAUSA ABIERTA

El Mundial habla español

El Mundial habla español

Sólo quedan ocho equipos en el Mundial de Sudáfrica. La mitad habla español. Y el quinto casi: son brasileños. Por primera vez en una Copa del Mundo hay cuatro equipos sudamericanos en cuartos de final. Ahora, al sumar a España a esta instancia del Mundial africano, cinco de los ocho conjuntos pertenecen a Iberoamérica y, en mayor o menor medida, a la misma escuela futbolística. No todos son exactamente iguales, por una lado está el hambre de posesión de Argentina y España, por el otro el empeño físico de Uruguay y Paraguay. Y en el medio se suma Brasil, con algo de bella y algo de bestia.
Pero todos, los cinco, se graduaron en la escuela que enseña a tratar con cariño al balón, a buscar la genialidad, a promover la creación de un número 10 y a premiar la improvisación del imberbe más que castigarla.
Nada que ver con la rigidez y represión del talento improvisado de una Inglaterra, de una Suiza o de una Francia.
Y es que mientras que Inglaterra deja sentado a un Joe Cole porque no sabe dónde usarlo (¿punta, medio de creación, delantero?), Brasil incluye a un Robinho que no marca y que vive del espectáculo, y Argentina coloca a Lionel Messi en el campo y le dice "haz lo que quieras".
El idioma y el fútbol son puntos de encuentro. Y pueden haber estar marcando el cambio de una era.
La transición
Los cuatro finalistas del Mundial pasado fueron europeos: Italia, Francia, Alemania y Portugal.
Quizás con la excepción en ocasiones de los germanos, los otros tres mostraron un fútbol estricto y hasta aburrido. El que más lo hizo fue Portugal que a punta de patadas (a Holanda) y teatro (ante Inglaterra) terminó llegando a semifinales. El año 2006 fue cuando el Barcelona se tituló en la Liga de Campeones ante el Arsenal. Eran tiempos cuando Ronaldinho estaba omnipresente dentro y fuera del campo. Del brasileño se esperaba un gran Mundial, o por lo menos así lo prometían las marcas que él representaba, pero irónicamente este fue el año en que empezó su declive.
Por ello quizás no fue casualidad que fuese Italia la que validase el actual método José Mourinho para ganar un título. Haz un gol y no dejes que te hagan ninguno. Un trofeo lo vale todo.
Pero ahora parece haber vientos de cambio. Quizás este Mundial abra las puertas a la filosofía de ganar, pero jugando bien. Es la religión de gente como Luis Aragonés, Johan Cryuff, Pep Guardiola y Arsene Wenger.
Con cinco equipos de la misma escuela en cuartos de final en Sudáfrica hay una señal evidente de que la técnica está logrando mejores resultados que el empeño físico.
Una estrategia no abandona a otra, pero el exceso del gasto físico te convierte en Corea del Sur y te trae triunfos amargos y poco populares en las gradas. Y hasta de repente menos mercadeo y por ende dinero.
Pero siempre hay un pero. Toda alegría que tenga actualmente un purista del fútbol (ese que tiene a Wenger tatuado en el pecho) puede ser efímera.
Los cruces de cuartos son así: Argentina se mide a Alemania; Brasil a Holanda; Uruguay a Ghana: y Paraguay a España.
En semis puede no haber ningún sudamericano y sólo España llevando la bandera del fútbol como arte.
O peor aún, Paraguay, que si juega como lo hizo ante Japón, corre el riesgo de que la Conmebol transfiera a esta selección al ámbito europeo de la UEFA. (Visión de CNN)

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