En la Curva de Maroñas, abandonó a su hijo de 2 años en la calle y se fue a bailar
El bebé caminaba y caía, lloraba y pedía por su madre. La calle Idelfonso García a pocos metros de Vigodet era todo el escenario desolador que veía el desconsolado pequeño en la noche montevideana de ayer. A una señora le pareció escuchar el llanto de un pequeño y salió a la calle al igual que otros vecinos que, pese al asombro, no perdieron tiempo y lo cobijaron. Al lugar también concurrieron policías de la seccional 16a. quienes rápidamente supieron dónde vivía el pequeño. Los uniformados no pudieron entrar a la finca pues el portón de entrada estaba trancado con un candado. Pese a golpear con fuerza sus manos y hasta gritar los policías no obtuvieron respuesta alguna. Al mismo tiempo el bebé era trasladado a una policlínica de la zona y luego derivado al hospital Pereira Rossell. La policía consultó el sistema informático y se encontró que el pasado 23 de abril había sucedido algo parecido con el pequeño. Se montó una guardia en la vivienda hasta que llegó cansada de bailar la madre de 34 años. Al ser interrogada dijo que el pequeño se había escapado de la casa y por ello la dejó al cuidado de una pareja, mientras ella se preparaba para salir a la casa de unas amigas a bailar. Notificado del caso, el juez en lo penal de noveno turno por supuesto no creyó la versión de la mujer, como la policía, por lo cual dispuso su inmediata detención e incomunicación y por razones de amparo dispuso que el niño quedara en la órbita del Inau.
Repartidor de gas baleado
El repartidor de gas de 38 años recibió una llamada telefónica solicitando una garrafa para un domicilio situado en la calle José Pratt. Al llegar al lugar en su camioneta para entregar el pedido fue sorprendido por dos hombres y una mujer que se desplazaban en una moto. El terceto armado lo amenazó de muerte y luego de quitarle el dinero que llevaba encima le efectuaron un disparo a quemarropa en el estómago. Los delincuentes huyeron rápidamente y el trabajador debió ser internado en un sanatorio privado.
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