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CAUSA ABIERTA

El cura millonario de Colombia, un poco de Alzheimer y la lucha entre parientes y la iglesia por manejar su fortuna

El cura millonario de Colombia, un poco de  Alzheimer y la lucha entre parientes y la iglesia por manejar su fortuna

En juego hay más de 1.300 millones de pesos. Ambos acusan a la otra parte de 'mala fe'.
Al padre Dionisio Sarabia, con 60 años de sacerdocio en la iglesia que él mismo fundó hace 42 -la San Juan Eudes del barrio Daniel Lemaitre de Cartagena- su riqueza se le convirtió en un martirio.
El sacerdote, que nunca cobró por sus servicios a la Iglesia y vivía en completa austeridad, resultó ser el dueño de una gran fortuna que amasó comprando acciones, gracias al dinero que, años atrás, recibió producto de una herencia.
"Ahora dicen que tengo demencia senil y que ya no puedo manejar mi plata, pero yo estoy bien, sólo tengo un poco de Alzheimer", dice el padre, que habla cinco idiomas, toca piano y lee la Biblia en latín y en hebreo.
El jueves pasado, el presbítero le pidió a la hermana Piedad Tejada que le hiciera un retiro para comprar unos pañales desechables, una máquina de afeitar y un jabón Neco.
Cuando la religiosa llegó al banco, le dijeron que el padre no tenía autonomía para manejar sus cuentas pues, por orden judicial, habían pasado a nombre de David Sarabia, su sobrino-nieto, que lo visita desde hace ocho años.
El pasado 3 de mayo, David, de 26 años, hizo el primer movimiento: retiró $20 millones de las cuentas de su tío.
¿Qué pasó?
Todo comenzó en noviembre del año pasado cuando el joven acompañó al padre al psiquiatra. Ese día, según consta en un documento que tiene el sello de la psiquiatra Amira F. Osorio, se le identificó al sacerdote una "enfermedad cerebral con déficit cognitivo".
Con esa prueba, David le dio poder a un abogado para iniciar un proceso de interdicción por demencia.
La pretensión del proceso era nombrar 'curador' de la fortuna del padre -avaluada en más de $1.300 millones- a su sobrino segundo. Y lo logró. Medicina Legal confirmó el diagnóstico y, de manera provisional, se declaró interdicto al cura y se nombró curador al sobrino-nieto.
El padre Dionisio, al enterarse de lo anterior, llamó a monseñor Jorge Enrique Jiménez. "En pleno uso de sus facultades otorgó poder a favor del abogado de la curia para ser defendido", dijo el obispo a EL TIEMPO.
Con ese poder, el abogado Guillermo Buendía objetó el dictamen pericial y propuso declarar nulo el proceso.
Según el obispo, el padre fue llevado de forma engañosa al supuesto examen. "Él está lúcido y tiene familiares más cercanos, que están vivos", dice.
Al padre, de 85 años, le sobreviven una hermana, cinco medio hermanos y su sobrino, el padre de David, "así que no tiene sentido que su hijo, y no él, reclame el manejo de los bienes", dice Buendía.
David, por su parte, afirma que la Iglesia es la que quiere quedarse con el dinero de su familiar. Carlos Barrios, el abogado del joven, insiste en que no se obró de mala fe y que David es hoy el familiar más cercano del sacerdote.
El padre Dionisio le dijo a EL TIEMPO que sólo quiere que lo dejen vivir sus últimos días en paz. Por ahora, el proceso está en etapa probatoria y el juez tendrá que definir quién será el curador definitivo de la fortuna del cura.

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