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CAUSA ABIERTA

Los "camisas amarillas" piden mano dura al Gobierno de Tailandia para aplastar a los "camisas rojas"

Los "camisas amarillas" piden mano dura al Gobierno de Tailandia para aplastar a los "camisas rojas"

El frente conservador de los llamados "camisas amarillas" exigió hoy al Gobierno y Ejército mano dura con sus rivales los "camisas rojas", que tras otra jornada de violencia en Bangkok, pidieron a la Unión Europea el envió de observadores. La reincorporación al revuelto escenario político de los "camisas amarillas", que a finales del 2008 crearon el caos con la toma de los dos aeropuertos de Bangkok, acrecienta el riego de nuevos brotes de violencia en la capital, donde ya ha causado 27 muertos y unos mil heridos en apenas tres semanas.
A lo largo del día, los "camisas amarillas" se manifestaron ante las puertas de unos cuarenta acuartelamientos del país y de Bangkok, en su primera acción desde que los manifestantes "rojos" reanudaron las protestas a mediados del pasado marzo.
Cerca de 300 "camisas amarillas" de la Alianza del Pueblo para la Democracia, se concentraron frente al cuartel del 11 Regimiento de Infantería, en Bangkok, en cuyo recinto el Gobierno tiene montado el centro para la coordinación de la seguridad.
"La crisis se ha extendido rápidamente e intensificado hasta convertir a Tailandia en un estado en anarquía", denunciaron los "camisas amarillas" en sendas misivas dirigidas al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, y a jefe del Ejército, general Anupong Paochinda.
Chamlong Srimuang, un ex gobernador de Bangkok y general retirado que lleva una vida espartana al tiempo que lidera la Alianza, dijo a la prensa a su salida del cuartel, que había recordado al Gobierno y al Ejército su obligación de restablecer el orden, y advirtió que el número de víctimas aumentará si no se actúa con rapidez contra los "camisas rojas".
Los "camisas rojas" del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, provienen en su mayoría de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del ex mandatario Thaksin Shinawatra, depuesto en 2006 y declarado en rebeldía a dos años de prisión por corrupción.
Exiliado y prófugo de la justicia tailandesa, el multimillonario Shinawatra, guía y financia las protestas de los "camisas rojas" desde un país de conveniencia.
Por su parte, el frente de los "camisas rojas" solicitó el jueves a la Unión Europea el envío a Tailandia de observadores con el fin de evitar que las fuerzas de seguridad asalten el campamento que han montado en el corazón comercial de la urbe.
"Amenazados por los carros de combate y un inminente baño de sangre, apelamos a su ayuda para evitar una catástrofe en materia de derechos humanos", apuntaron los "camisas rojas" en la carta entregada al jefe de la misión de la Unión Europea, David Lipman.
Bangkok permaneció en relativa calma a lo largo del día, y los "camisas rojas" continuaron atrincherados en su campamento, al que regresaron tras los enfrentamientos librados el miércoles, en los que murió un soldado y otras 19 personas resultaron heridas.
Como es habitual desde que ocupan la manzana más cara de la capital, los guardas de seguridad del frente de los "camisas rojas" patrullan las barricadas levantadas con neumáticos y empalizadas de bambú rociadas con gasóleo, a la vez que oteaban el horizonte para observar a los soldados apostados a menos de un centenar de metros.
Tras las refriegas que tuvieron lugar en la autovía del norte de la urbe, la música vuelve a sonar en el interior de la base roja, y aunque son sólo melodías folclóricas del noreste del país, la región llamada Isan, parece como si fuera la de los tambores guerra.
Los varios cientos de "camisas rojas" que permanecen acampados no se despegan de sus barras de metal, cañas de bambú, ni de esos tirachinas que portan a la espalda, entre la cintura del pantalón y el dorso.
En otro desafió al estado de excepción y a las amenazas del Gobierno de actuar con firmeza, unos 2.000 manifestantes salieron el miércoles de su campamento fortificado en motocicletas, camiones y otros vehículos, en dirección al norte de Bangkok, donde fueron interceptados por unos 900 efectivos de las fuerzas de seguridad.
En su retirada a la base que tienen montada entre hoteles de lujos sin huéspedes y centros comerciales cerrados, los "camisas rojas" dejaron atrás 62 lanzaderas con sus respectivas granadas del tipo M-72, señaló el jefe de Policía de Bangkok, general Worapong Chiewprecha.

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