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CAUSA ABIERTA

Medir el calcio en arterias mejora la predicción de infarto

Medir el calcio en arterias mejora la predicción de infarto

Usar un marcador basado en la cantidad de calcio almacenado en las arterias coronarias, junto con los tradicionales factores de riesgo, mejora la valoración del riesgo para prevenir los ataques al corazón y sitúa a más individuos en las categorías consideradas de riesgo más extremo, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Northwestern, en Chicago (Estados Unidos), publicado este mes en 'JAMA'. El marcador del calcio de las arterias coronarias (CACS, por sus siglas en inglés) se determina con el uso de una tomografía computerizada que mide la cantidad de calcio almacenada en las paredes de las arterias del corazón.
Diversos estudios han demostrado que el CACS está asociado a un mayor riesgo de sufrir futuros eventos cardiovasculares. Sin embargo, hasta ahora, era incierta su efectividad para mejorar la valoración del riesgo de sufrir un ataque al corazón como lo hacen los tradicionales factores de riesgo coronario (CHD, por sus siglas en inglés).
El equipo del investigador Tamar S. Polonsky, de la Universidad Northwestern, se propuso determinar si añadir el CACS a los modelos predictivos basados en los factores de riesgo tradicionales mejoraban o no la valoración del riesgo. Para ello midieron el CACS en 6.814 pacientes del Estudio Multiétnico de Aterosclersosis (MESA, por sus siglas en inglés), una cohorte sin enfermedades cardiovasculares conocidas.
El reclutamiento de los participantes de este estudio comenzó en julio de 2000 y fue desarrollado hasta mayo de 2008. El riesgo estimado de sufrir un evento cardiovascular fue medido a través de los factores tradicionales, utilizando una escala que iba del 0 por ciento al 3 por ciento; del 3 al 10 por ciento y del 10 por ciento hacia arriba.
Para ello se emplearon distintos modelos de riesgo. El modelo uno incorporó la edad, la raza o etnia, el sexo, el tabaquismo, el uso de medicación antihipertensiva, la presión sanguínea y el colesterol. El modelo número dos uso también estos factores de riesgo y les añadió el CACS. Los investigadores calcularon la valoración global con ambos modelos.
Los resultados demostraron que, en un grupo final de 5.878 individuos, hubo 209 eventos medidos por factores tradicionales durante un seguimiento medio de 5,8 años, de los que 122 resultaron eventos mayores, como ataques al corazón o muertes.
Los autores descubrieron que los resultados del modelo número dos mostraban mejoras significativas en el riesgo de predicción, en comparación con el modelo número uno. En el primero modelo, el 69 por ciento de la cohorte fue clasificada en la categoría más alta o más baja, comparada con el 77 por ciento del modelo número dos.
Añadiendo la medida del CACS, un 23 por ciento adicional de aquellos que sufrieron eventos cardíacos fueron reclasificados como de alto riesgo y un 13 por ciento adicional de aquellos que no experimentaron eventos cardiovasculares fueron reclasificados c como de riesgo bajo. Entre los de riesgo intermedio, el 16 por ciento fueron reclasificados como de alto riesgo, mientras que el 39 por ciento fueron valorados como de riesgo bajo.
Según los autores de este trabajo, "los resultados de este estudio demuestran que, cuando se añade el CACS a los factores de riesgo tradicionales, se consigue una significativa mejora de la clasificación de riesgo para la predicción de eventos por factores tradicionales en una muestra de población asintomática de hombres y mujeres procedentes de los cuatro grupos étnicos que hay en Estados Unidos".

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