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CAUSA ABIERTA

El desastre de las lluvias toca a ricos y pobres en Río de Janeiro y el número de muertos sube a 93

El desastre de las lluvias toca a ricos y pobres en Río de Janeiro y el número de muertos sube a 93

El temporal que azota al estado de Río de Janeiro desde el lunes por la tarde ha causado una tragedia en los barrios más pobres de la capital regional, pero también ha afectado las zonas de negocios de los sectores acomodados de la ciudad. En la avenida que recorre la playa de Botafogo, un barrio de edificios empresariales en la zona sur de la ciudad, las calles quedaron inundadas y pocos automóviles se atrevían a cruzar hoy en medio de las "piscinas" que se habían formado en la calzada.
En un panorama casi desierto, los trabajadores que viven en el extrarradio no pudieron llegar hoy hasta su lugar de trabajo en las zonas sur y centro, por lo que la mayoría de comercios y restaurantes estuvieron cerrados, así como las escuelas y universidades.
Pocos taxistas salieron a trabajar hoy y gran parte de ellos se negaba a adentrarse en las zonas más afectadas de la ciudad a riesgo de quedar atrapados en medio de las inundaciones.
Calles de barrios turísticos como Copacabana, Ipanema y Leblón quedaron inundadas la noche del lunes, y peor fue la situación del exclusivo sector residencial y comercial que circunda la Lagoa Rodrigo de Freitas, que se desbordó y extensas áreas estaban todavía hoy cubiertas por aguas turbias.
Aun así, las construcciones más afectadas son aquellas situadas en las llamadas "zonas de riesgo", como es el caso de las numerosas chabolas y favelas que cubren los cerros de la ciudad y que corren el peligro de ser arrastradas por desprendimientos de tierra.
Según cifras oficiales, hay 93 víctimas mortales confirmadas, la inmensa mayoría en favelas, aunque todavía es difícil hacer un recuento definitivo. Ni siquiera los habitantes de las barriadas saben quién ha podido quedar atrapado bajo la tierra y los escombros.
Debido a los deslizamientos de tierra provocados por la lluvia, el lodo cubre la mayoría de calles cercanas a los morros y se mezcla con grandes cantidades de basura.
En la Plaza de la Bandera, en la zona norte de la ciudad y cerca de la favela de Mangueira, una capa de lodo de hasta diez centímetros cubría las calles mientras vecinos desesperados intentaban hoy rescatar algunas pertenencias.
En medio del panorama desolador de las calles y avenidas de la ciudad, los vehículos que más destacaban eran las grúas, cuyos operarios se multiplicaban para retirar decenas de automóviles que fueron abandonados por sus propietarios en plena vía pública al no poder avanzar debido a las inundaciones.
En los barrios más pobres, el agua y el lodo entraron en las casas y muchas familias se vieron obligadas a tirarlo todo: muebles, libros, electrodomésticos y otros enseres, lo que aumenta la cantidad de desechos que ocupan las calles.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, el gobernador Sergio Cabral y hasta el presidente Luiz Inácio Lula da Silva han manifestado su preocupación y consternación por los efectos del temporal, pero todos culpan de la tragedia a la meteorología.

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