Blogia
CAUSA ABIERTA

El robot Hermes: "ese anciano debería estar sentado en su silla de ruedas, se ha caído, está inmóvil y dolorido"

El robot Hermes: "ese anciano debería estar sentado en su silla de ruedas, se ha caído, está inmóvil y dolorido"

El sistema informático Hermes, recién instalado en un geriátrico, ha advertido algo extraño: el anciano A, que debería estar sentado en su silla de ruedas, se ha caído al suelo y no puede alzarse. Permanece inmóvil y su rostro denota dolor. De inmediato, se activa la alarma sanitaria.
Este ejemplo ficticio lo expone Juan José Villanueva, profesor emérito de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), para presentar las numerosas posibilidades que ofrece el sistema que su equipo está poniendo a punto. Hermes no es justamente un sencillo sistema de infrarrojos que detecta movimientos, sino un complejo programa que combina elementos de visión por computador e inteligencia artificial.
Hermes es un consorcio europeo coordinado por el Centro de Visión por Computador (CVC) de la UAB y con la participación de investigadores de Alemania, Suiza, Dinamarca, Reino Unido y Países Bajos. Los resultados de la primera fase, que ha tenido un presupuesto de 2,1 millones de euros, los presentaron ayer los investigadores Juan José Villanueva, Xavier Roca y Jordi González.
El programa cuenta con un conjunto de cámaras móviles de alta resolución que suministran la información en bruto, pero el gran avance es el procesamiento de los datos recibidos, es decir, cómo se logra que el cerebro informático interprete las imágenes y lo haga en tiempo real. Hermes ha sido diseñado para detectar cuándo un comportamiento humano se sale de una normalidad que, por supuesto, ha sido preconcebida por los investigadores. «Extraemos información de la realidad y la trasladamos a los ordenadores», resume Villanueva.
La seguridad en espacios públicos y privados es una de las grandes aplicaciones potenciales. El profesor emérito expone otro ejemplo, ahora ambientado en el metro. Cientos de personas transitan por una estación en cuyo vestíbulo hay un cajero automático. De forma casi automática, todos los viajeros –vayan en solitario o acompañados– entran y se dirigen hacia los tornos donde se insertan los billetes. El programa los detecta individualmente, analiza sus movimientos y determina si alguien se sale de la normalidad.
En el ejemplo verídico mostrado por el CVC, Hermes observa a un individuo de mediana edad que se mueve en círculos y aguarda a que el hall esté vacío para acercarse al cajero. Si entra más gente, el hombre se aleja de inmediato. Y luego vuelve. El sistema concluye que no es un usuario que quiere retirar dinero del cajero, sino un posible ladrón que espera desvalijarlo. Así que la alerta suena nuevamente. «En casos extremos podríamos, con técnicas de psicología, llegar a determinar si su rostro denota algo extraño», prosigue Villanueva.
El tráfico es otra aplicación prometedora. Los investigadores de la UAB han comprobado también que Hermes determina con éxito si alguien –un anciano, por ejemplo– tiene problemas a la hora de cruzar un semáforo. «El sistema podría ordenar al semáforo que se mantuviera en verde más tiempo hasta que la persona hubiera pasado», concluye el profesor Villanueva.

0 comentarios