En medio de la polémica en Uruguay, aceptan la renuncia del embajador argentino

A pesar de haber presentado su dimisión el 3 de diciembre, el Gobierno aceptó hoy el pedido de Patiño Mayer para dejar su cargo. El aclaró que su salida "no tiene nada que ver" con la polémica surgida con la oposición uruguaya por un artículo con elogios a Mujica.
El Gobierno aceptó hoy la renuncia del embajador en Uruguay, Hernán Patiño Mayer, aunque el renunciante salió a aclarar que "no tiene nada que ver" su salida con la polémica que se generó en Montevideo a raíz de un artículo periodístico suyo en el que elogiaba al electo presidente José Mujica.
Si bien Patiño Mayer había presentado su "renuncia indeclinable" el pasado 3 de diciembre, recién hoy se publicó el decreto de aceptación firmado por la presidenta Cristina Kirchner y el canciller Jorge Taiana. Justo cuando los líderes del opositor Partido Nacional de Uruguay exigían la renuncia de Patiño Mayer y lo acusaron de injerencia en cuestiones internas del país por su nota de opinión en la que elogiaba a Mujica.
Por eso el ex diplomático aclaró hoy que "el motivo central" de su renuncia se centra en que como hace ocho años ocupa ese cargo en Uruguay, consideró positivo "dejarle las manos libres a la presidenta" Cristina Kirchner para designar a otro representante en ese país.
"No soy tan estúpido como para escribir un artículo metiéndome en la interna del Uruguay", afirmó Patiño Mayer esta mañana a Radio Mitre.
La columna de opinión de Patiño Mayer, titulada "Los tres 'Pepes' Orientales", en la que, luego de hacer breves introducciones sobre José Artigas -Padre de la Patria y figura que hoy aúna a todos los sectores políticos y sociales del Uruguay- y sobre José Batlle y Ordóñez -líder colorado del siglo pasado, considerado el mentor del Uruguay moderno- finalizó con un comentario sobre José Mujica y la organización que lo lanzó a la fama: Tupamaros.
"Este viejo luchador -escribió el embajador- ha llegado a la presidencia de un país que, al votarlo, renegó de su propio estereotipo. Su triunfo no es individual. Es el de una organización que luego de su derrota político-militar y de haber sufrido la muerte, la tortura y el encarcelamiento en infames condiciones de sus mejores cuadros supo, autocrítica mediante, insertarse en la democracia recuperada y desarrollar una política de masas que le ha permitido ser la fuerza mayoritaria del Frente Amplio y conducirlo a su segunda victoria electoral".