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CAUSA ABIERTA

Uruguay: el cierre de una emblemática fábrica y el sufrimiento de todo un pueblo

Uruguay: el cierre de una emblemática fábrica y el sufrimiento de todo un pueblo

La debacle de Metzen & Sena es un duro golpe para Empalme Olmos, que ve detenerse su principal motor económico. El gesto optimista de los trabajadores que van al seguro de paro, se desvanece cuando piensan en lo incierto de su futuro.
"Yo tengo 40 años y tengo que pensar qué voy a hacer. No es lo mismo para un muchacho de 20 irse de acá", reflexionó Mario Borges, un trabajador que lleva 22 años en Metzen y Sena.
Mario es uno de los más de 600 empleados de la empresa que pasaron al seguro de paro, en espera de una solución que reactive un polo productivo que hoy está parado.
Ayer al mediodía, los trabajadores se reunieron en asamblea para informar a sus compañeros sobre las negociaciones con los ministerios de Trabajo y de Industria y la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND). Esta última se encargará de visitar hoy la planta para pagar al personal el saldo del salario de noviembre y el aguinaldo.
Los trabajadores, congregados a las afueras de la planta y bajo un intenso sol, seguían con atención las explicaciones de sus pares; los únicos que estaban dispersos eran unos pocos niños que habían acompañado a sus padres. Se puede decir que Metzen es una empresa familiar, ya que varios matrimonios de Empalme Olmos, Villa Olmos y Pando, trabajan en la fábrica.
El tono del diálogo era bajo; apenas una mujer levantó su voz. "¡Estamos quedando sin laburo y hay que pelear por todos!", dijo la mujer, secundada por otros trabajadores.
A un par de metros de allí, algunos obreros aprovechaban para servirse de la olla popular. Ayer, los trabajadores prepararon polenta con tuco de pollo para sus compañeros.
Desde la instalación de la olla, unas horas atrás, entre 180 y 250 personas se han acercado por día con un tupper o un pote de helado en su mano para llevarse su porción.
La jornada en la cocina comienza bien temprano -a las seis de la mañana- y se va hasta las cinco de la tarde, comentaron. Hasta ahora, los cocineros se las arreglan con los aportes y donaciones de comerciantes locales y algunos vecinos. El dirigente del gremio de Metzen, Ruben Cauna, dijo que se gestionarán canastas de alimentos ante el INDA para los trabajadores en peor situación.
Mario, ataviado con su uniforme azul, anotaba en una libreta quiénes retiraban su porción para llevar un control y calcular la comida para el día siguiente. "¿Para cuántos llevás Rosana?", preguntó y luego anotó la respuesta. "¿Venís mañana?", acotó de inmediato. La mujer respondió que sí.
Borges habla con esperanza y confía en que la empresa se reactive a futuro, aunque admite su preocupación. Para los trabajadores el envío al seguro de paro "es un golpe; lo ves en las caras". Es que la fábrica representa la principal fuente laboral para un 60% de los casi 4.000 habitantes de la zona.
Los encargados de cocinar, Jorge Eduardo González y Celio Cañete, coinciden en que el seguro de paro ha causado un fuerte impacto puertas adentro de la fábrica. "¡Uy! El golpe es enorme pero hay esperanza", apuntó González, quien hace 23 años que trabaja en el área de producción de Metzen.
Mientras la asamblea se desarrollaba, una larga fila de trabajadores se agolpaba en el interior de la planta para iniciar los trámites del seguro de paro. El beneficio los cubrirá desde el 1° de diciembre y se extenderá en principio por seis meses, aunque se estima que podrían requerirse prórrogas.
El sindicato de Metzen reclamó al gobierno que el seguro de paro cubra el 80% del salario, explicó Jorge González, sindicalista de Metzen & Sena. El Poder Ejecutivo quedó en responder al planteo en una nueva reunión, el 4 de enero.
dentro y fuera. El futuro de la fábrica pasa por empezar de cero, dicen sus trabajadores.
Como todo un símbolo, los obreros comenzaron con el apagado de los hornos, un proceso delicado y gradual que lleva entre uno y dos días, ya que interrumpir su accionar de manera brusca podría afectar seriamente su funcionamiento.
Cada horno, que trabaja en base a gas natural, tiene una extensión que supera los 100 metros y puede generar tanto calor que la temperatura llega hasta los 1.300 grados.
La planta de Metzen tiene seis de estos equipos.
Las instalaciones -enclavadas en un ambiente rodeado de árboles y descampados- están divididas en tres grandes áreas: loza sanitaria, porcelana y revestimiento (de pared y piso), las cuales se intercomunican.
En la recorrida, se podían ver cientos de tazas y platillos, juegos de loza, cerámicas, inodoros, algunos prontos para vender, otros aún sin terminar.
En todo el recinto resaltaban las máquinas de última generación, lo que contrasta con la imagen de deterioro que ofrece el exterior, con ladrillos a la vista, algo despintado y con ventanas sin vidrios. El único vestigio "prehistórico" dentro de la planta, es una vagonera en la que se trasladan materiales, dijo Leonardo Morales, que trabaja allí desde hace cinco años.
Pese al cese de la producción, el sindicato de Metzen se comprometió a dejar una cuadrilla estable (de unas 30 personas) que se encargará del mantenimiento de los equipos y de la seguridad del local, mientras que otros obreros se ocuparán de las tareas de refacción. Aún no se definió quién le pagará el salario al personal de mantenimiento. También habrá algunos empleados en las dependencias de Metzen en Blanquillo (Durazno), donde la empresa extrae materia prima, y en los locales comerciales de la firma.

La situación de Metzen & Sena es causa común al pueblo de Empalme Olmos y los reclamos de los trabajadores se filtran a las calles. En el centro de la localidad se encuentran algunos pasacalles que denuncian la crisis.

En tanto, para los comerciantes locales, la debacle de Metzen también supone un problema, ya que la sostenibilidad de sus emprendimientos depende de que la planta siga funcionando. Por ejemplo, la panadería que atiende Gabriel Lorenzo ya sintió el impacto en las ventas.

Aun así, los trabajadores de la fábrica símbolo del lugar intentan mirar el futuro con optimismo, aun cuando no saben si la planta volverá a funcionar a plenitud o cuándo lo hará.
Los obreros coinciden en que esta pausa es necesaria para barajar y dar de nuevo con la esperanza de que vengan tiempos mejores.
La cifra
750 Trabajadores tiene la fábrica de cerámicas Metzen y Sena de Empalme Olmos, de los cuales más de 600 van al seguro de paro.
Testimonios
Ruben Cauna: El gas natural fue una jugada que salió "más cara"
Lo que detonó todo esto fueron los últimos pasos de esta administración (en la empresa) de 2005 en adelante", dijo a El País el dirigente del sindicato de Metzen & Sena, Ruben Cauna.
El dirigente dijo que han ocurrido "malas cosas" para los trabajadores y para el gobierno que fue dando "oxígeno y eso no se veía reflejado".
Cauna también cuestionó la apuesta al gas natural que se hizo en Metzen. "Fue una jugada que en su momento se pensó que el gas iba a venir a un precio de Argentina y fue mucho más caro que lo que se pretendía", explicó.
Raúl Sendic: Interesado desde Brasil para reactivar la empresa
El ministro de Industria, Raúl Sendic, afirmó ayer a radio Carve, que hay una empresa brasileña interesada en comprar la empresa, pero que esta operación conllevaría la reducción del personal. El gremio ha manifestado que además hay interesados de España.
Sendic ha insistido en distintas oportunidades respecto de su convencimiento de que Metzen es una empresa viable. El ministro de Industria también ha valorado el llamado a concurso, lo que permitirá en su momento que la empresa ajuste sus costos y caiga su pasivo.
El gas natural recargó costos
Los trabajadores de Metzen & Sena ya han vivido otros momentos críticos de esta empresa nacida en 1937. El ciclo comenzó en 1999 tras la reconversión de la planta al sistema de gas natural, dicen.
Ese año también surgieron dificultades por la crisis económica desatada en Brasil, lo que afectó las fuentes laborales ya que 407 obreros fueron enviados al seguro de paro. Luego en septiembre de 2000, estuvieron diez días de huelga en reclamo del pago de aguinaldos y sueldos atrasados, dijo Ruben Cauna, dirigente del sindicato de Metzen & Sena.
Los problemas de la firma que fabrica más de 4.000.000 de metros cuadrados de revestimientos para piso y pared, 360.000 piezas de porcelana sanitaria, 240.000 accesorios de porcelana sanitaria y casi 2.000.000 de piezas de porcelana de mesa, no están en la producción, sino en el sobrecosto del gas natural proveniente de Argentina.
En todos estos años, la empresa ha recibido oxíge-no de cada gobierno. La administración Vázquez no fue la excepción, al ver a Metzen & Sena como una empresa viable.
Aunque la firma tiene una facturación mensual de US$ 2 millones, pierde US$ 700.000 por mes y le debe al Estado cerca de US$ 27 millones. En ese contexto, la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) concedió en los últimos cinco meses préstamos por US$ 4,5 millones a esta empresa que estaba en manos de los grupos financieros Ganitur y Crispo Capurro.
El pasado 2 de diciembre, los trabajadores resolvieron autogestionar la planta luego del pedido de concurso elevado por la propia empresa. La Justicia designó entonces a la Liga de Defensa Comercial (Lideco) para que coadministrara a Metzen luego de no hacer lugar a la petición, explicó el asesor de Lideco, Camilo Martínez Blanco. En contrapartida, la Justicia dio curso a la solicitud de concurso efectuada por la CND, UTE y Antel, la cual incluía el reclamo de medidas cautelares.
Así, la Justicia resolvió separar a las autoridades de la planta bajo medidas cautelares, dejando a Lideco co-mo interventora.
En tanto, el gobierno busca alternativas que hagan viable la empresa. Para ello, ya dio participación a la Unidad de Recuperación de Empresas del MTSS. (Informe de El País Digital)

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