El argentino Pérez Esquivel lamenta la concesión del Nobel de la Paz a Obama

El argentino Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980 por su defensa de los Derechos Humanos en Latinoamérica, ha criticado la concesión de este galardón a Barak Obama, cuyo reciente discurso en el que justifica la guerra le dio "un fuerte dolor de estómago". Pérez Esquivel realizó esta afirmación en la conferencia que ofreció anoche en el Club Diario de Ibiza, invitado por la dirección general de Cooperación de la Consellería de Asuntos Sociales del Govern balear.
Comentó que él propuso para este premio a Piedad Córdoba, senadora colombiana "afrodescendiente", por su intenso trabajo en su país, pese a las amenazas que sufre.
El Premio Nobel argentino criticó en su charla "Los Derechos Humanos y la lucha no violenta en América Latina" la noción actual de "globalización" y de "manipulación" de las "grandes corporaciones informativas".
Como ejemplo de ello puso el viaje que realizó a Iraq, donde visitó varias zona y observó "los horrores de la guerra" y contrastó su experiencia con "las mentiras de los grandes medios de comunicación".
Pérez Esquivel alertó de "la uniformidad y la imposición del pensamiento único". Para él, "la dominación no comienza por lo económico", sino "por lo cultural" con el "monocultivo" de la mente. Por otro lado, aseguró que la rebelión del pensamiento vendrá de la mano de la memoria, los valores, la identidad y la espiritualidad de los pueblos.
Asimismo, opinó que en nuestra sociedad existe un marcado individualismo y una carencia del sentido de pertenencia a la comunidad. Ante ello, propuso "la resistencia en la esperanza" y "la necesidad de un nuevo contrato social".
Durante su intervención en la conferencia, el activista de los Derechos Humanos y presidente de la Fundación Servicio de Paz y Justicia mantuvo que "no existe el primer mundo, segundo mundo, tercer mundo", sino que "somos un solo mundo mal distribuido".
Pérez Esquivel afirmó que Sudamérica, África o Ásia no son países pobres, sino "países empobrecidos". Por el contrario, señaló que se trata de "países riquísimos", pero que "las grandes empresas se llevan todo", explotando los recursos y contaminando las zonas.
También critico la situación en Argentina, Brasil y Colombia, mientras que destacó los logros y mejoras logrados en Bolivia y Venezuela, si bien son países acusados de ser contrarios a la democracia.
Para él, la "democracia es que no se mueran los niños de hambre o enfermedades evitables o que no falte un plato de comida en ningún hogar obrero", así como disfrutar una vida digna, de contar con educación, salud y participación social.
Propugnó que "los pueblos dejen de ser espectadores y sean protagonistas y constructores de su propia vida, y de su propia historia".
Pérez Esquivel puso como ejemplos de esperanza y posibilidades los cambios "sociales, culturales y políticos" que propugna los movimientos campesinos, de mujeres y de indígenas.
Justamente, esto le lleva a confiar en que "es posible otro mundo" y que "se pueden cambiar las cosas si hay voluntad y unidad del pueblo".