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CAUSA ABIERTA

Zelaya se queda sin soporte de EE.UU.

Zelaya se queda sin soporte de EE.UU.

EE.UU. dejó abandonado a su suerte a Manuel Zelaya el mismo día en que el depuesto presidente daba por fracasado el acuerdo firmado hace una semana, que debía poner fin a la crisis hondureña. Washington dará por válidas y reconocerá las elecciones del próximo día 29, aún en el caso de que el gobernante de facto Roberto Micheletti siga en la presidencia. Cansada de tantas dilaciones y enredos, EE.UU. interpretó que el pacto entre Micheletti y Zelaya dejaba en manos de los hondureños la resolución de la crisis. Y decidió que ellos se arreglen. A Hillary Clinton le urgía que los republicanos levantaran el veto a la nominación de Arturo Valenzuela como nuevo secretario de Estado adjunto para Latinoamérica y de Thomas Shannon como embajador en Brasil. A cambio de que aprobaran estos nombramientos, la secretaria de Estado Hillary Clinton garantizó que EE.UU. reconocerá las elecciones hondureñas con independencia de si en la presidencia está Micheletti o Zelaya.
El influyente congresista republicano Jim DeMint, miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, que mantiene una línea dura en cuanto a que Zelaya no debe retornar al poder, dijo que tras el cambio de posición de la administración Obama suspendió sus objeciones a los nombramientos de Valenzuela y Shannon.
El pacto del senador Jim DeMint con Hillary Clinton sí se cumplió. Ayer a mediodía, Arturo Valenzuela recibió el visto bueno del Senado de EE.UU. para ser el responsable de Latinoamérica en el Departamento de Estado.
Valenzuela, de origen chileno, fue designado por el presidente Barak Obama para el puesto en mayo pasado, pero su confirmación parlamentaria quedó detenida en julio a causa del veto de Mint por las presiones de Washington para sacar a Micheletti del poder, que lo levantó este jueves por la noche.
Washington sustenta su cambio de postura en que el acuerdo firmado el 30 de octubre en Tegucigalpa no fija fechas para que el Congreso hondureño, tras consultar al Tribunal Supremo y a la fiscalía, vote sobre la restitución o no de Zelaya en el poder. La validación por EE.UU. de los comicios es una manera indirecta de desautorizar a Zelaya por no cumplir lo firmado.
Fuentes del Departamento de Estado indicaron este viernes a la agencia Efe que el Gobierno de EE.UU. "está comprometido con el acuerdo" firmado la semana pasada entre representantes del Gobierno de facto y del depuesto Manuel Zelaya, y con su "implementación".
Ese acuerdo, en su quinto punto, deja la decisión sobre la restitución o no del depuesto presidente en manos del Congreso.
"Nuestro compromiso de apoyar las elecciones hondureñas es producto de este acuerdo" entre las dos partes, explicó el portavoz del Departamento de Estado para América Latina, Charles Luoma-Overstreet.
Las declaraciones de DeMint, quien ha apoyado desde el inicio el golpe de Estado contra Zelaya, han aumentado la polémica generada a principios de esta semana por unas afirmaciones de Shannon.
El secretario de Estado adjunto dijo a la cadena CNN que EE.UU. respetará lo que el Congreso de Honduras decida sobre la restitución de Zelaya. Como consecuencia de estas afirmaciones, Zelaya envió una carta a Hillary Clinton pidiéndole que aclare si la postura de Washington ha cambiado con respecto al golpe.
El miércoles, el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, reiteró que EE.UU. considera que el depuesto presidente de Honduras, debería ser restituido, pero dejó claro que esa decisión corresponde al país y que aceptará lo que las partes acuerden en esta fase del proceso.
"Hemos dejado clara nuestra posición respecto al presidente Zelaya y su restitución. Consideramos que debería ser restituido", dijo, aunque recalcó que se trata "ahora de un proceso hondureño" que se inició con el acuerdo firmado a finales de la semana pasada.
Con la bendición estadounidense a la votación presidencial de fin de mes, el legislativo hondureño aún tendrá menos prisa en pronunciarse sobre la restitución de Zelaya. Como era previsible, Micheletti ha sabido capitalizar la ambigüedad del acuerdo firmado con Zelaya. El presidente de facto se encuentra en una posición que le va bien para seguir con su táctica de marear la perdiz para ganar y perder tiempo: el acuerdo le favorece y su aplicación depende de los ritmos que se apliquen a las normas hondureñas. El Congreso retrasa su votación, la Corte Suprema de Justicia no se pronuncia, la fiscalía no se da por enterada. Y, mientras, las elecciones presidenciales se aproximan a marcha acelerada. Que es de lo que se trata.
Mientras Micheletti se fortalece, Zelaya, cada vez con menos cartas para jugar y con las elecciones a la vuelta de la esquina, se debilita. Apenas tuvo eco el llamamiento del mandatario depuesto para que los hondureños salieran el jueves a la calle exigiendo que presidiera el gobierno de unidad y reconciliación nacional. Apenas unos pocos centenares de personas se concentraron en las inmediaciones del Congreso Nacional para pedir que vote de una vez la restitución de Zelaya.
Las discrepancias entre las partes son rotundas. Mientras Micheletti anunció un Gobierno de unidad y reconciliación con políticos afines luego de que Zelaya se negara a enviar representantes, el depuesto gobernante declaró fracasado el acuerdo.
Zelaya rechazó dar sustento a un Gobierno que no fuera presidido por el mismo, lo que no estaba contemplado en el pacto. Tras señalar que el acuerdo era letra muerta, el presidente depuesto pidió a los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) a que no reconozcan las elecciones. "No estamos dispuestos a permitir que nos roben la democracia con estas trampas, no continuamos con el teatro del señor Micheletti,", afirmó Zelaya.
Según el ex gobernante, "la comunidad internacional tendrá que ver cuáles son las medidas" a tomar, luego de que él estimara que el acuerdo ha fracasado.
Micheletti anunció un nuevo Gabinete, tras recibir propuestas de algunos partidos y la anuencia de sectores de la sociedad civil. Sin embargo, no presentó por su nombre, ni cargo, a ningún miembro del autodenominado Gobierno de Unidad que no incluye a ningún zelayista.
Jorge Reina, representante de Zelaya en la Comisión de Verificación, dijo que Micheletti sólo firmó el acuerdo "para aplazar el retorno al poder de Zelaya, ha estado engañando al mundo y a todos, no respetan lo que firman".
Los observadores se preguntan cómo Zelaya, que no tiene nada de ingenuo, cayó en lo que ahora califica de trampa al firmar un acuerdo que favorecía a Micheletti al no fijar plazos para que el Congreso votara sobre su restitución y tampoco aclaraba quién debía presidir el gobierno de unidad. (La Vanguardia)

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