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CAUSA ABIERTA

Uruguay: Peñarol con viento en la camiseta y Danubio un paso atrás en el Apertura

Uruguay: Peñarol con viento en la camiseta y Danubio un paso atrás en el Apertura

Aunque no es común ir al estadio los martes, la Ámsterdam estuvo llena y la gente alentó durante todo el partido a su equipo. Con una fidelidad destacable, la hinchada aurinegra llegó en gran número a apoyar a su cuadro y se fue contenta.
El primer tiempo fue muy parejo y no hubo grandes jugadas. Peñarol tuvo más la pelota pero no logró generar grandes chances de gol. Rampla estuvo lejos del área aurinegra y las pocas veces que llegó encontró a Sebastián Sosa muy bien parado. El arquero de Peñarol atraviesa un gran momento y tuvo varias intervenciones decisivas, incluso el primer gol se gestó luego de una excelente atajada suya.
En la primera parte, Peñarol mostró problemas en el ataque, y Ramis y Alonso no lograron juntarse de buena manera. Pacheco y Olivera fueron los únicos que generaron peligro, principalmente con algún remate desde afuera del área.
El gol de Ramis llegó a los 5 minutos del complemento y le dio más tranquilidad al equipo de Púa. Luego de una atajada de Sosa, la defensa despejó rápidamente el balón y con dos toques en la mitad de la cancha Olivera se la dio al joven goleador que la colocó contra el palo.
Poco a poco, Peñarol logró encontrar espacios en la defensa picapiedra y terminó convirtiendo tres goles.
Púa aplicó la receta de los últimos partidos y mandó a Martinuccio a la cancha por Alonso. El argentino, al igual que en el partido pasado, no demoró en convertir. En una jugada polémica, donde el arquero de Rampla y un defensa se chocaron, y algunos quedaron reclamando empujón de Martinuccio, el delantero aurinegro aprovechó para poner el 2 a 0 y darle aire a su equipo.
El tercer gol no demoró en llegar. Luego de un par de cabezazos y errores en la defensa de Rampla, Ramis la bajó de pecho, la acomodó y sentenció el partido.
Peñarol alcanza así los 18 puntos, la mitad de los cuales los hicieron en los últimos tres partidos y empiezan a mostrar mayor solidez en la cancha. Púa parece haber definido el equipo y tiene un as bajo la manga que se llama Martinuccio, y que parece que lo ayuda cuando la cosa se complica.
Atenas derrotó a Danubio
Los jugadores de Atenas pararon el ómnibus en la zona de Las Acacias. En plena avenida General Flores uno fue a comprar la merienda mientras el resto bajaba a hacer sus necesidades en el bar El Potrillo.
A los pocos minutos el viaje continúo y se pudo ver a unos de los muchachos recorriendo el ómnibus repartiendo los bizcochos. Fueron directo el Parque Central. Se comieron cinco goles. Ayer, previo al partido con Danubio, la rutina no debe haber variado demasiado. Ante un equipos con tamañas carencias y que fue al temido Jardines, Danubio se enterró de cabeza.
Es la realidad del fútbol uruguayo. Donde muchas veces el que tiene todo, sucumbe ante el que no tiene nada y deja la vida en una cancha. La derrota del elenco de la franja, que le cuesta el primer lugar de la tabla, se basa en el hecho de que se chocó contra un muro de hombres que fueron pura y exclusivamente a defenderse.
No había otra opción Atenas fue a no pasar vergüenza y en la última pelota, en los descuentos, se llevó un regalo caído del cielo. El local, que fue una lágrima a lo largo de todo el partido, sin ideas, tocando para atrás, exasperando a sus hinchas que se la agarraron con el técnico Giordano, tuvo una pelota en el palo.
En la recarga, Trinidad fue por la banda derecha, levantó la cabeza y cedió al medio donde Conde esperaba sentado en la silla eléctrica. Eduardo Fernández lo ejecutó. Hazaña increíble de Atenas que terminó con un delantero de golero porque se lesionó Biglianti. El fútbol es así. Tiene cosas inexplicables. El que no hizo nada por ganar, el que se las revuelve en el crudo profesionalismo, le pegó una cachetada al que era líder del torneo. (Observa)

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