El FBI investiga a un físico argentino en un caso de espionaje nuclear

Agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) incautaron documentación y equipos informáticos propiedad de un físico de origen argentino que desarrolló un láser de fusión con interés militar. En declaraciones hoy a Efe, Darrin E. Jones, portavoz del FBI en Albuquerque, Nuevo México, aseguró que "la acción tuvo lugar el lunes como parte de una investigación que se está realizando", sin entrar en más detalles.
El científico afectado, Leonardo Mascheroni, afirmó que durante el registro en su casa de Los Álamos se le informó que se le requisaba su trabajo en relación a un posible espionaje nuclear.
Mascheroni proclamó su inocencia al diario New York Times y dijo que "si fuera un espía" habría dejado Estados Unidos hace muchos años.
En 2008, según reconoció el físico, fue contactado por una persona que se presentó en nombre de las autoridades venezolanas y le ofreció 800.000 dólares por un estudio de su tecnología láser.
Mascheroni explicó que después de enviar la información nunca recibió el pago prometido.
Este físico es un activista contrario a las políticas nucleares del Gobierno estadounidense desde hace más de dos décadas, después de que fue despedido en 1988 de Los Alamos National Laboratory, centro donde se desarrollaron las bombas atómicas que se lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki al término de la Segunda Guerra Mundial.
Durante los últimos años, Mascheroni trató de convencer al Congreso de EE.UU. de la utilidad de su láser, con el fin de aprovechar la misma energía que emplean las estrellas o la bomba de hidrógeno.
En vista de su fracaso, envió cartas a instituciones científicas en Reino Unido, Francia y Venezuela, según dijo, por su riqueza petrolera.
El científico señaló que su objetivo con estas misivas y el trato con el presunto representante venezolano era presionar al Congreso de Estados Unidos para que tomaran sus ideas en serio.
El físico denunció a la prensa que 20 agentes del FBI habían registrado su casa durante toda la jornada del lunes y se llevaron un total de 50 cajas llenas de documentación, así como equipo informático.
"Se llevaron 30 años de mi trabajo. Es horrible", comentó.