Centroamérica sobresale en el mundo por violencia

Centroamérica destaca como la región más violenta en el mundo en cuanto a delincuencia ordinaria, principalmente Guatemala, Honduras y El Salvador, de acuerdo con un informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El estudio partió de cifras del 2008 que indican una tasa promedio de 33 homicidios por cada 100.000 habitantes, con Honduras a la cabeza con la tasa más alta de 58 por cada 100.000 habitantes, seguido por El Salvador con 52 y Guatemala con 48. Esos tres conforman el "triángulo del norte", donde la situación "es alarmante" según el estudio.
Les siguen Belice con 32, Panamá con 19, Nicaragua con 13 y Costa Rica de último con 11.
"Aunque en el resto de los países la tasa de homicidios no es tan alta, sí se ha visto un aumento significativo durante la última década, así de 2000 a 2008, Belice pasó de 19 homicidios por cada 100.000 habitantes a 32 y Panamá de 10 a 19", destacó el informe.
Además, Costa Rica, que ostenta el dato más bajo para la región, lo tiene "muy por encima de las tasas de Europa y otros países de América Latina, como Chile, Uruguay y Argentina", agregó.
En relación al resto del mundo, Centroamérica solo es superada por otras regiones en Africa golpeadas por una intensa violencia pero que es por razones políticas. El documento, sin embargo, no contenía datos específicos sobre esa situación.
"Hay que pensar que América Latina es la región más desigual e insegura, por tener países con pasados que promovían la criminalidad", comentó Lara Blanco, coordinadora de Desarrollo Humano del PNUD y coautora del documento presentado el lunes en rueda de prensa pero con autorización para divulgarse hasta el martes.
El estudio indicó que el promedio de las tasas de homicidio de la zona equivale a más de tres veces la tasa mundial y supera en siete puntos el promedio de Latinoamérica.
Blanco agregó que las modalidades de delincuencia se están acrecentando y haciendo más complejas, entre las que citó el narcotráfico, pandillas juveniles y corrupción, que consideró, deben combatirse desde una estructura de reformas del sistema y cooperación internacional.
También la tasa de victimización, que representa la cantidad de personas que declararon haber sido víctimas de algún delito, va en aumento y se ha convertido en motivo de alarma con datos de 32,2% en El Salvador y 24,3% en Guatemala.
Más de tres cuartas partes de los salvadoreños, nicaragüenses, guatemaltecos y costarricenses perciben la inseguridad como una amenaza muy grave para su futuro.
Esas opiniones generan, según Blanco, ideas generalizadas y en ocasiones inexactas sobre la delincuencia, por ejemplo, que el problema de la criminalidad no tiene solución, que la forma de defenderse es utilizando armas, acudiendo al ejército o a castigos como la pena de muerte.
Explicó que existen otros tipos de delitos que son silenciados e incomprendidos, como la violencia contra las mujeres, jóvenes y niños, como en el caso de Costa Rica, donde más de la mitad de las féminas ha sufrido al menos un incidente de violencia física o sexual después de los 16 años.