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CAUSA ABIERTA

"Juanito", el vendedor callejero que cautiva a México

"Juanito", el vendedor callejero que cautiva a México

Un vendedor callejero de excéntrico estilo, conocido por su banda tipo Rambo y su apodo, "Juanito", asumió el jueves el mando del distrito más populoso de la Ciudad de México, al menos por unas horas. Rafael Acosta entró con sus brazos levantados en señal de victoria a la legislatura de la ciudad y fue juramentado en el cargo de jefe delegacional de Iztapalapa. Sin embargo, apenas terminó la ceremonia, pidió una licencia, parte de una compleja estratagema que ha cautivado a México.
El trato era éste: el líder izquierdista y ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador quería retener el poder en Iztapalapa, una delegación pobre pero poblada por 1,8 millones de personas, que la vuelven un distrito clave en elecciones presidenciales.
Su candidata, Clara Brugada, fue derrotada en la interna partidaria, por lo que López Obrador le ofreció a Acosta, un candidato menor, ayuda para ser elegido. Acosta, a cambio, aceptó renunciar y dejarle el puesto a Brugada.
Todo salió como estaba planeado, excepto que Acosta ganó por paliza y dijo que no cumpliría el acuerdo.
El jueves, Acosta asumió el cargo entre gritos de "¡Traidor!" y "¡No renuncies!", mientras muchos dudaban sobre qué haría al final. Poco después, pidió una licencia de 59 días por problemas cardíacos.
Acosta ha sido notoriamente sincero sobre las negociaciones políticas que lo convirtieron en una celebridad inusual que aparece a diario en las portadas de los periódicos y los noticieros nocturnos.
Conocido como "Juanito" porque era entrenador de un equipo juvenil de fútbol en que 11 de los 15 jugadores se llamaban Juan, su figura es para muchos un símbolo del hombre común atrapado en un juego de poderosos.
Su caso llama la atención incluso en México, donde la corrupción es común y abundan las teorías conspirativas. Sin embargo, muchos mexicanos se sienten reconfortados por la sinceridad de Acosta, que confirma sus peores sospechas sobre cómo operan en privado los políticos.
"Juanito es la antítesis de lo que es ser un político", dijo George Grayson, experto en México de la universidad College of William & Mary en Estados Unidos. "Se viste de manera modesta, usa esa banda en la cabeza y critica duramente a la clase dirigente. Representa más que una figura estrafalaria: es una señal del repudio a la clase política mexicana".
Acosta, de 51 años, vende desde helados hasta adornos de Navidad en un puesto callejero de hierro y lonas plásticas. Ha relatado a los medios sus días como mozo, luchador y hasta actor en una sórdida película de clase B. Se ganó la atención nacional cuando López Obrador reveló su acuerdo electoral y se convirtió en una celebridad cuando dijo que no lo cumpliría.
Durante tres meses, mantuvo al país en vilo para saber si intentaría quedarse con el puesto y el sueldo de 90.000 pesos (6.600 dólares) por mes.
Acosta no es novato en la política y se considera un "luchador social". Asegura que "enemigos políticos" mataron a su hijo en el 2003, en un ataque en que él también fue baleado. Durante las protestas por la derrota electoral de López Obrador en el 2006, perdió algunos dientes en choques con la policía.
"Este Frankenstein urbano fue un invento de López Obrador para conservar su botín en Iztapalapa", escribió en el diario El Universal el columnista José Cárdenas. "Lo ocurrido, en todo caso, expresa la ridiculez de nuestro sistema político, al amparo de la simulación y el fraude".
Poco antes de asumir el cargo, un nervioso Acosta finalmente dijo que no lo retendría, tras reunirse con el jefe de gobierno de la ciudad Marcelo Ebrard para pedirle protección policial. Anunció que nombraría a algunos aliados políticos, entre ellos uno de sus hijos, a puestos delegacionales y luego renunciaría.

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