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CAUSA ABIERTA

Francia celebra el cumpleaños del más sensual de todos sus mitos

Francia celebra el cumpleaños del más sensual de todos sus mitos

Francia rinde homenaje a Brigitte Bardot, el más sensual de todos sus mitos, con una gran retrospectiva que abre sus puertas el martes, al día siguiente de su 75 cumpleaños, que la encuentra tan libre y desafiante como nunca. "No lamento nada" de mi vida, afirmó en una breve entrevista con la AFP Bardot, que entró en la leyenda en 1956 con el filme 'Y Dios creó la mujer', dirigido por su primer esposo, Roger Vadim, quien consagró a la bella jovencita nacida en el seno de una familia burguesa como símbolo de la liberación sexual.
Bardot, que ahora usa muletas para caminar, a causa de una seria artritis, no estará presente en la inauguración de la exposición, 'Los años despreocupados', que se presenta en el Espacio Landowski, en la periferia de París, hasta finales de enero.
La retrospectiva, que incluye miles de fotografías y numerosos filmes, entre ellos algunos nunca vistos, es un testimonio del legado de Bardot, que conmocionó a la conservadora Francia de la postguerra y a quien Francia considera uno de sus tesoros nacionales. Pero, también, la antológica pone en evidencia el peso que significó para Bardot -identificada en el mundo entero con sólo dos siglas, B.B.- ser un símbolo sexual internacional, ser un mito.
"Es demasiada lúcida para ser feliz", dijo el curador de la exposición, el escritor Henri-Jean Servat, que es su amigo.
La estrella -la primera en ser perseguida por los paparazzi, un fenómeno que nació con ella, y que es ahora imparable-, era acosada, cada minuto de su vida. Los hombres de todo el planeta la deseaban y las mujeres trataban de imitarla, recuerda la retrospectiva.
Ser la mujer-niña que enloqueció al mundo no le fue fácil: un filme la muestra en el Festival de Cannes, donde admiradores fanáticos se le tiraron encima, provocando casi un motín que obligó a la policía a intervenir y suscitando un desgarrador alarido de Bardot.
Las presiones sobre ella fueron tan inmensas que, el día en que cumplió 26 años, intentó suicidarse. "Quisiera no haber nacido", confesó la estrella de cuerpo escultural y labios insolentes, que se casó cuatro veces y tuvo incontables amantes, pero que no fue capaz de educar a su único hijo, que tuvo con Jacques Charrier, su segundo marido.
Al retirarse a St. Tropez (sur de Francia) en 1973, tras haber protagonizado medio centenar de filmes, Bardot tenía sólo 39 años. Darle la espalda a todo ese mundo fue quizá la única manera que halló para sobrevivir. Desde entonces, vive como una reclusa, consagrada sólo a una causa, la de los animales. "Nunca estuve muy interesada en la vida. Si no hubiese sido por los animales, creo que habría cesado rápidamente de disfrutar (la vida), como le ocurrió a Marilyn (Monroe) o a Romy (Schneider)," dijo Bardot esta semana, en vísperas de su cumpleaños.
La ex diva, que se rebeló contra la tiranía de la belleza y ha rehusado pasar, a diferencia de tantas otras, bajo la cuchilla estética, no esconde sus arrugas.
Ahora, son sus comentarios sobre el Islam, o sus llamamientos a boicotear productos que en su opinión perjudican a los animales, los únicos que causan revuelo. "Digo lo que pienso y pienso lo que digo", recalcó Bardot en la breve entrevista escrita con la AFP, en la que evocó no su gloria pasada, sino la deforestación, "que deja a los animales sin territorio", los "millares de vehículos y aviones que nos asfixian lentamente" y el "acero que invade el planeta". "Las golondrinas han desaparecido", lamentó Bardot, la que no lamenta nada de su vida.

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