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CAUSA ABIERTA

"El Obispo de los pobres" que se hizo presidente y cayó en desgracia

"El Obispo de los pobres" que se hizo presidente y cayó en desgracia

El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha visto empañada la reputación que se ganó "obispo de los pobres" mientras ejerció como prelado católico en un primer año de Gobierno marcado por las atribuciones de paternidad de tres niños y la lentitud en la implementación de las reformas prometidas. El propio Lugo, de 58 años, se ha declarado insatisfecho por los resultados obtenido si bien ha asegurado que mantiene "intactas" sus convicciones de una sociedad más equitativa y que el poder no le ha cambiado". Esto pese a que está cuestionado por algunos de los partidos que le auparon al poder y a que, según las encuestas, ha perdido parte del apoyo popular con el que comenzó su mandato, a lo que ha contribuido no sólo la falta de avances en su programa de Gobierno sino también los escándalos por los casos de paternidad. Fernando Armindo Lugo Méndez, al que el Vaticano redujo al estado laico en julio de 2008, un mes antes asumir la Presidencia, afronta actualmente una demanda de paternidad presentada por Benigna Leguizamón el pasado 22 de abril pasado. Ese hecho supuso el segundo escándalo que involucró al ex prelado después de que reconociera que tuvo con otra mujer, Viviana Carrillo, un hijo nacido cinco meses después de su renuncia al estado clerical para dedicarse a la política y que ahora tiene dos años. Una tercera mujer, Hortensia Morán, sostiene que Lugo también es padre de su hijo Juan Pablo, de un año, aunque aseguró que no pretende presentar ninguna demanda. Esos escándalos, que acapararon en su momento la atención de la prensa y que habían instalado en el Congreso la posibilidad de un juicio político contra el presidente, ha provocado además chanzas y burlas por parte de la población, programas humorísticos y canciones que parodian el caso del ex prelado. Lugo, quien sucedió en el cargo a Nicanor Duarte (2003-2008), se convirtió en el primer ex obispo en asumir como jefe de Estado, luego de renunciara a los hábitos en 2005 para dedicarse a la política. El jefe de Estado reconoció al cumplirse los primeros doce meses de mandato su insatisfacción por los objetivos incumplidos. "No estoy satisfecho. En este segundo año, el Gobierno debe ofrecer resultados aún más claros y ya no hay excusas. La reforma agraria y los derechos sociales tienen que llegar más y a más gente", dijo Lugo, cuya llegada al poder puso fin a 61 años de gobierno del Partido Colorado. El llamado "obispo de los pobres" de Paraguay por su misión pastoral durante más de una década al frente de la diócesis de San Pedro, juró como presidente el 15 de agosto de 2008 calzado con sandalias y la promesa de un Gobierno con justicia social. "Hay un solo rumbo del cual no nos apartaremos jamás. Ese rumbo es la inclusión social y la lucha contra la pobreza. Este Gobierno y este presidente tienen una agenda. No renunciará a ella. En esta agenda, los primeros son los pobres", agregó. Analistas locales atribuyen el incumplimiento de sus promesas en gran parte a las pujas de poder entre las agrupaciones de la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), una coalición de amplio espectro ideológico que llevó al ex prelado al poder en los comicios generales del 20 de abril del 2008. La APC está encabezada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, centroderecha), la segunda fuerza parlamentaria que en una próxima convención debatirá sobre si deja la coalición por considerar que su representación en el Gobierno no corresponde a su peso político. Según una encuesta divulgada hoy por el matutino asunceno Última Hora, el 51,1 por ciento de la población calificó de "regular" la gestión del mandatario, mientras que en otro sondeo publicado por La Nación atribuía esa misma percepción al 41,5% de los paraguayos.

 

 

 

 

 

 

 

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