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CAUSA ABIERTA

El controlador aéreo de Nueva York hablaba por teléfono con su novia durante choque de avioneta y helicóptero que mató a 9 personas

El controlador aéreo de Nueva York hablaba por teléfono con su novia durante choque de avioneta y helicóptero que mató a 9 personas

El controlador aéreo de la torre de control del aeropuerto de Teterboro estaba hablando por teléfono con su novia, y su supervisor ni siquiera se encontraba en la torre cuando una pequeña avioneta chocó en el aire contra las hélices de un helicóptero turístico y segundos después caían a las sucias aguas del río Hudson, frente al ’west side’ de Nueva York, y los nueve ocupantes de los aparatos morían al instante. La información ha sido dada a conocer por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), que ha cesado a los dos controladores en el marco de la investigación sobre el accidente del pasado fin de semana que costó la vida, entre otros, a cinco turistas italianos que habían contratado los servicios de una empresa para dar un paseo en helicóptero por Manhattan. La FAA no tiene constancia de que la actuación de los dos controladores haya contribuido al accidente pero considera su conducta "inaceptable" y ha decido suspender a ambos empleados y abrir un expediente disciplinario a la espera de que concluya la investigación, lo cual ha despertado la ira de la Asociación Nacional de Controladores Aéreos. "Es totalmente absurdo y muy insultante que la FAA haya hecho estas acusaciones y al mismo tiempo diga que no tuvieron nada que ver con el accidente", afirmó Barret Burns, de la citada asociación, al periódico ’New York Daily News’. En todo caso, el portavoz dijo apoyar la apertura de una investigación para determinar las causas del trágico accidente. Ni el controlador ni su supervisor han sido identificados, pero el periódico asegura que el primero cumplió con el protocolo cuando despegó la avioneta del aeródromo de Teterboro, en el vecino estado de Nueva Jersey, y pasó el control a la torre del aeropuerto internacional de Newark, que controla el tráfico aéreo que sobrevuela a escasa altura el río Hudson. Pero pase lo que pase con ambos empleados, lo que sí parece claro es que ha vuelto a resurgir con fuerza el debate sobre la necesidad de restringir el tráfico aéreo en el llamado corredor del río Hudson, uno de los más peligrosos y concurridos del país y por donde los aparatos que vuelan por debajo de los 1.100 pies lo hacen casi por su cuenta y sin la debida supervisión de los controladores.

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