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CAUSA ABIERTA

Buenos Aires: Dura condena para un contador que violó a nueve chicas

Buenos Aires: Dura condena para un contador que violó a nueve chicas

La Justicia de Morón condenó a 40 años de prisión a Walter Alberto Brawton, enjuiciado por nueve violaciones y una tentativa ocurridas en 2005. Brawton, casado y con dos hijos, fue arrestado en Ituzaingó. Un contador de 38 años fue condenado este mediodía a 40 años de cárcel, tras ser hallado culpable de violar a nueves chicas y de una tentativa. El Tribunal Oral 2 de Morón sentenció a Walter Alberto Brawton, casado y con dos hijos, por los hechos ocurridos a comienzos de 2005. Durante el juicio, ocho de las nueve víctimas lo señalaron como el violador, que actuaba siempre de la misma manera: sorprendía a sus víctimas cuando estaban solas, las amenazaba con un arma y las obligaba a subir a su auto. Luego las llevaba a un descampado y allí las violaba. Las víctimas fueron todas chicas las zonas de Ituzaingó, Merlo y Moreno. Brawton fue detenido cuando una chica se resistió a que la violara en Ituzaingó. En una entrevista realizada al comienzo del juicio, Clarín pudo hablar con dos de las víctimas. Karina y Rocío habían sufrido lo mismo, sin ser amigas. Al igual que otras siete chicas fueron violadas a comienzos de 2005. Antes de ser detenido, Brawton llevaba una vida en apariencias normal. Casado y con dos hijos vivía en una hermosa casa de Marcos Paz, trabajaba para una concesionaria de autos usados y conducía orgulloso un Honda Civic. Pero el 3 de marzo de 2005 fue detenido luego de que intentara violar a una joven en Ituzaingó. Sus víctimas tenían entre 17 y 23 años y todos los ataques ocurrieron en la zona oeste del conurbano. Karina y Rocío (estos no son sus nombres reales) son dos de esas chicas. Rocío tiene hoy 23 años y fue violada cuando tenía 19. Fue el 7 de febrero de 2005 a la mañana. Había salido de su casa para ir a trabajar. Caminó dos cuadras hasta la parada del colectivo y se paró a esperar. Entonces se detuvo frente a ella un Honda Civic. Era una mañana lluviosa y había poca gente en la calle. "Me preguntó por dónde quedaba el centro de Moreno, se lo indiqué y en ese momento me mostró una bolsita que adentro tenía un arma", relató Rocío. El hombre le dijo que era policía y la obligó a subir a su auto. "Quedate tranquila que no te va a pasar nada", le dijo y le dio a entender que la llevaba a declarar como testigo. "Yo estaba muy desconcertada y asustada porque pensé que me quería robar (...). Me llevó a un descampado y me violó". El ataque terminó abruptamente porque apareció una señora y el atacante se asustó. Antes de arrancar le pidió sus documentos, miró los datos y la amenazó: "Ya sé quién sos, así que no digas nada porque te va a pasar algo a vos o a tu familia". Le robó el dinero que llevaba encima y la abandonó a tres cuadras del baldío. El caso de Karina, de 27 años, fue muy parecido. Ocurrió en Merlo casi un mes antes que el de Rocío. La mañana del 12 de enero de 2005 ella iba de la casa de su suegra a la de sus padres. "Iba caminando por la ruta 7 cuando vi que un hombre estaba con su auto detenido y el capot levantado. Pensé que me iba a pedir ayuda pero pasé caminando y no me dijo nada".
Ella siguió caminando pero unas cuadras más adelante el hombre la alcanzó. Detuvo su marcha, se bajó y le preguntó si sabía dónde quedaba Aristóbulo del Valle. "Yo para las calles soy un desastre, le dije que no tenía idea y entonces me mostró un arma que sacó de una bolsita. Primero me preguntó si tenía plata y cómo me llamaba, después me dijo que era policía y me advirtió que no hiciera nada", contó Karina, casada y mamá de un nene de tres años. El agresor la llevó a un descampado y la violó. Y, casi como un calco del hecho anterior, aparecieron dos mujeres y eso lo obligó a apurarse y arrancar a toda velocidad. (Vista de Morón)

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