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CAUSA ABIERTA

Uruguay: el país de los presidentes gerontes

Uruguay: el país de los presidentes gerontes

Cuando se expresa la palabra geronte, la primera imagen es la de aquellas personas que pueblan los geriátricos, cansinos, a menudo en silla de ruedas, espásticos, abúlicos, a quienes se les debe hablar en voz más alta, displicentes respecto a las circunstancias del medio, carentes de prospectivas personales. Éste es el geronte que ha involucionado, es decir sus aptitudes intelectivas y culturales han quedado atrás con respecto a sus otros sistemas orgánicos. Ha llegado a la senectud. Se le denomina "geronte" al que ha superado los 65 años, edad en que la mayoría de los sistemas jubilatorios toman como base para el retiro remunerado. La sensopercepción en los ancianos los hace caer fácilmente en engaños por parte de inescrupulosos, por cuanto existe en éllos propensión a dar crédito a sus sentidos acorde al grado de afectividad en juego, aún en quienes no padecen un deterioro cognitivo. El ejemplo típico: se apersona alguien alegando traer algo de un hijo que vive en el extranjero; dado que la víctima desea escuchar algo así, le franquea la entrada sin dilación. La actividad intelectiva sostenida es susceptible de agotamiento si se la compara a etapas vitales anteriores Decía el ajedrecista Najdorff siendo ya anciano: "juego con la misma sapiencia, pero noto fatigarme más tempranamente". Fáciles enfados cuando se desestima el caudal surgido de su experiencia o sobre hechos que contrarían su propia convicción con respecto a lo que es justo y reglamentario. No es extraño que a la par de la merma de ejecutividad y dinamismo, si eventualmente integran organizaciones no gubernamentales, suelen ser elegidos como síndicos o asesores en la interpretación de los estatutos. La inseguridad se abate con particular saña sobre la tercera edad. Todos los candidatos con chances para ganar las próximas elecciones en Uruguay van en camino a los 80 años. Uno está internado hace 20 días y al parecer se repone (Danilo Astori, Frente Amplio), otro, que ya fue presidente, camina con una elegante pierna semiortopédica después de un accidente casero. Luis Alberto Lacalle (Partido Nacional) dice que ahora comprende los padecimientos de las personas con capacidades diferentes y que a su edad "es más sabio...y humilde". El que lidera las encuentas José Mujica (Frente Amplio) no ha reportado males mayores, aunque el "viejazo" se le vino encima. Los restantes candidatos, con chances mucho menores, también son de avanzada edad. El actual presidente que se mantiene bastante bien, también mira los ochenta. Y el que estuvo antes que él, Jorge Batlle (Partido Colorado), gobernó el país siendo octogenario. El que tiene menos edad, Pedro Bordaberry (Partido Colorado) no tiene chance alguna. En sus proclamas, todos los candidatos hacen cuestión de "darle espacio a los jóvenes, porque ellos son el futuro". En el mundo entero se sabe que la edad ideal para acceder al cargo de primer mandatario es entre los 40 y 65 años, no más. Uruguay sigue manteniendo "sus rasgos más típicos".

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