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CAUSA ABIERTA

Hace 20 años el Ejército chino convirtió la Plaza de Tiananmen en lago de sangre

Hace 20 años el Ejército chino convirtió la Plaza de Tiananmen en lago de sangre

La noche del 3 al 4 de junio de 1989, los carros de combate del Ejército chino irrumpieron en la Plaza de Tiananmen, el gran escenario político por excelencia del régimen de Pekín, para reprimir las manifestaciones que desde mediados de abril protagonizaban estudiantes, intelectuales y trabajadores para reclamar más democracia, el fin de la corrupción y la represión y medidas contra la inflación y el paro. En plenas luchas internas en el Partido Comunista (PCCh) se optó por una solución violenta contra los manifestantes desarmados, que causó un número indeterminado de muertos --se habla de entre cientos y miles-- y más de un millar de detenidos. Las protestas habían comenzado en Pekín el 15 de abril y se extendieron casi de inmediato a otras importantes ciudades y provincias de todo el país y contaron con la participación de distintos sectores sociales. La primera reacción del Gobierno fue pedir a los manifestantes que se disolvieran, pero ante la falta de respuesta se desencadenó un debate interno en el Partido Comunista sobre cómo se debía responder a los activistas concentrados en la plaza. El resultado fue una profunda división entre los partidarios de la línea dura, encarnada por Li Peng (primer ministro entre 1987 y 1998 y presidente de la Asamblea Popular Nacional entre 1998 y 2003), y los partidarios de una actitud más conciliatoria, cuyo principal exponente era Zhao Ziyang, el gran impulsor de las reformas económicas chinas y principal delfín del histórico dirigente revolucionario y hombre fuerte del país, Deng Xiaoping. Zhao hizo un llamamiento a la tolerancia y expresó su comprensión hacia algunas de las demandas de los activistas, una postura que supuso su ruina política y personal. No consiguió convencer al resto del partido y el 24 de junio de 1989 fue purgado de las filas del PCCh por "dividir al partido". Cuando falleció, en enero de 2005, llevaba quince años bajo arresto domiciliario. "Durante todo este periodo, mi propósito había sido calmar la crisis resolviendo las contradicciones y llamando a la tranquilidad a la gran mayoría de la población", declaró posteriormente Zhao ante el Comité Central del Partido, según consta en un documento hecho público en 2001 por el Centro de Información sobre Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong. "Estaba tremandamente preocupado porque las medidas brutales, sobre todo el uso de las armas, causaría un derramamiento de sangre que sólo agravaría la situación", añadió. En enero de 2001, la revista estadounidense 'Foreign Affairs' publicó los llamados 'Papeles de Tiananmen', cuya autenticidad fue rechazada por el Gobierno chino y avalada por el ex dirigente comunista, principal asesor de Zhao y actual disidente Bao Tong. Los 'Papeles de Tiananmen', un conjunto de documentos secretos extraídos del país "por un reformista de la jerarquía china" y que incluyen varios extractos de conversaciones entre Deng Xiaoping y la cúpula comunista, revelarían que la dirección del partido estuvo sumamente dividida sobre cuál debía ser la respuesta a las manifestaciones y que Deng --auténtico hombre fuerte del país desde 1978 hasta su muerte, en 1997-- decidió, finalmente, alinearse con el ala dura del Partido Comunista. "La anarquía aumenta cada día", declaró Deng en una reunión con la jerarquía comunista antes de la masacre de Tiananmen. "Sencillamente, no podemos permitir a la gente que se manifieste cuando quiera", aseveró Deng. Si se manifiestan "los 365 días al año" no harán otra cosa y, en tal caso, "la reforma y la apertura no nos llevarán a ninguna parte", prosiguió, según consta en la transcripción de sus conversaciones. Deng se mostró también sumamente crítico con Zhao, el cual, según sus palabras, se había "colocado del lado de la agitación" y había "fomentado la división en el seno del Partido". El entonces presidente de China y vicepresidente de la Comisión Militar Central, Yang Shangkun, decidió finalmente respaldar el uso de la fuerza para despejar la plaza y el "halcón" Li Peng aprovechó la crisis para apartar del poder a Zhao. Fue el principio del fin de la generación de Deng Xiaoping y de la llegada a la cúpula del partido de nuevos dirigentes, entre cuyos propósitos figuraba la misión de "echar tierra" sobre la matanza de Tiananmen. Uno de ellos fue Jiang Zemin, elegido por entonces secretario general del partido (en sustitución de Zhao) y que fue presidente de China entre 1993 y 2003. Fue, por tanto, en pleno relevo en la cúpula del poder que se decidió suprimir por la fuerza la llamada "primavera de Tiananmen". El 20 de mayo, el Gobierno declaró la ley marcial y en la noche del 3 de junio, envió los carros de combate y la infantería del Ejército a la plaza de Tiananmen para disolver la protesta. Tras la ofensiva armada, el Gobierno emprendió una vasta campaña de detenciones para suprimir a los instigadores del movimiento, expulsó a la prensa extranjera y ejerció un estricto control sobre la cobertura de los acontecimientos en la prensa china. La violenta represión de la protesta de la plaza de Tiananmen provocó la condena internacional. Desde entonces, los dirigentes chinos han justificado lo ocurrido y se han negado a revisar su versión oficial, según la cual las protestas formaban parte de una conspiración "contrarrevolucionaria". Entre las grandes dudas sobre lo sucedido, destaca la del número de víctimas. El Partido Comunista chino se han negado hasta la fecha a facilitar una cifra oficial de fallecidos y todas las informaciones proceden de estimaciones de los testigos y de las organizaciones humanitarias. Las cifras de las víctimas caídas bajo las balas los soldados oscilan entre unos pocos cientos y unos pocos miles de personas. Según la Cruz Roja China, más de 2.600 personas perdieron la vida y más de 7.000 resultaron heridas durante aquellos acontecimientos. En junio del año pasado, el Centro de Información sobre Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong aseguró, citando una fuente anónima "cercana al ex presidente", que Yang Shangkun había reconocido una vez ante un invitado en su casa que durante la represión habían muerto "más de 600 personas". La organización no precisó ni quién era ese invitado ni cuándo tuvo lugar dicha conversación. Yang falleció en 1998. La organización también aseguró, citando a la misma fuente, que unas 200.000 personas fueron detenidas por todo el país y que alrededor de 15.000 de ellas fueron acusadas de "contrarrevolucionarias" u otros crímenes. Alrededor de 70 detenidos fueron condenados a muerte y ejecutados inmediatamente y muchas de las personas arrestadas tras las protestas, "quizá decenas", todavía están en prisión, según el Centro. Varias organizaciones no gubernamentales calculan que aún continúan encarceladas entre 20 y 200 personas. La fundadora del movimiento Madres de Tiananmen, Zhang Xianling, declaró el pasado lunes que la organización ya ha confirmado los nombres de 195 víctimas de la matanza, aunque advirtió de que esta cifra seguramente sólo corresponda a una décima parte de los fallecidos. El hijo de Zhang, Wang Nan, de 19 años, había dejado una nota en casa el 3 de junio de 1989 avisando de que había quedado con unos amigos en Tiananmen. Diez días más tarde la familia recibió su cadáver. Zhang se unió a otra mujer, Ding Zilin, cuyo hijo de 17 años también había muerto durante la represión, y entre ambas fundaron Madres de Tiananmen con el propósito de elaborar una lista de víctimas y obligar a las autoridades a que revisen su versión oficial. "Nuestra mayor esperanza es que podamos decir abiertamente que el Ejército cometió un error disparando a nuestra gente", declaró a Reuters. (Europa Press)

 

 

 

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