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CAUSA ABIERTA

Naná o la más famosa prostituta uruguaya inventó dispositivos para sexo oral seguro

Naná o la más famosa prostituta uruguaya inventó dispositivos para sexo oral seguro

El dispositivo consiste en un círculo de silicona con otro concéntrico más pequeño, que es la parte que estará en contacto con la lengua por un lado, y con el ano o el clítoris por el otro. Está hecho el trámite ante el MSP como dispositivo de venta libre y ahora se encara su registro como dipositivo terapéutico. Según el diario La República, durante su convalecencia de una cirugía de cadera, Naná se iluminó y halló la barrera que evita contagios cuando se practica sexo oral. Del mismo modo que Carlos Mendive aprovechó una fractura de fémur para largarse a escribir, Naná se reveló como una ingeniosa inventora como consecuencia de su operación. En el piso 14 de un céntrico apartamento, me espera Naná con refrescos y refrigerios para mostrarme y hablar de un singular invento del que es autora: una barrera protectora contra todo posible contagio de gérmenes, virus y bacterias además de ciertas zoonosis hasta hoy muy difícil de evitar cuando se practican variantes de la relación sexual como los contactos bucoclitorianos y bucoanales.

Pero antes de entrar en el tema específico que nos convoca, Naná nos cuenta cómo surgió la idea de este dispositivo profiláctico y toda la peripecia para concretarla.

Cuando una está tranquila, empieza a rever todo lo que está pendiente. Y fue así que me di cuenta de que el problema que tenían las chicas en mi casa era el sexo oral, por razones sanitarias. Estamos hablando de sexo oral anal y sexo oral clitoriano, prácticas para las que no había medio adecuado de prevención de contagio.

El sexo oral anal hoy por hoy es mucho más común que hace treinta años, cuando yo comencé a trabajar en esto; no hay que olvidar que van surgiendo modas en la relación sexual, se incorporan prácticas nuevas y se abandonan otras. Desde hace un tiempo, el sexo oral anal se practica cada vez con mayor frecuencia, y el cliente puede pedirlo.

Perdón, Naná, una pequeña aclaración. El cliente que va a tu negocio, ¿pide que la chica le haga sexo oral anal a él, o también pide hacérselo él a ella?

No, no es recíproco. El cliente quiere que la chica le haga sexo oral anal a él. Ahora, la cosa no es sencilla: hay problemas de olor, hay posibilidad de contagio. Eso hace que para la chica sea penoso tener que soportar el olor, además de la amenaza de contagio de alguna enfermedad al introducir su lengua en el recto del cliente. Para zanjar estos problemas, las chicas se ponían un condón en la lengua, pero eso era muy complicado, al cliente no le gustaba y al final la mayoría de las chicas se negaban a esa práctica.

Pero resulta que las chicas que trabajan en la calle, que están desesperadas por un dinero, lo tenían que hacer porque el cliente les ofrecía un pago extra. Era un problema que teníamos nosotras, porque las chicas de mi casa estaban en condiciones de negarse y de hecho lo hacían. Mucha gente me había planteado el problema: "Che Naná, ¿cómo podemos hacer?... porque fijate que nosotros recurrimos a las chicas que trabajan en el área del sexo para tener relaciones como las queremos tener, pero resulta que las chicas no quieren...".

Yo comprendo que cuando alguien paga, tiene derecho a exigir; pero mis chicas también tienen derecho a negarse. Fijate qué problema. Así que estando convaleciente, una tarde mientras miraba en lontananza, sumida en mis reflexiones, me vino la solución y lo vi como dibujado; fue un momento de inspiración. Agarré un lápiz y lo dibujé como pude.

(Naná me muestra el dispositivo que consiste en un círculo de silicona de cierto espesor en cuyo centro hay otro círculo concéntrico más pequeño y más delgado, que es la parte que estará en contacto con la lengua por un lado y con el ano o el clítoris del otro. Se usa un gel inocuo que se esparce sobre el círculo pequeño de modo de facilitar el desplazamiento de la lengua).

No olvides que si el clítoris está seco, duele, pero con la lengua no es así, y se logra el orgasmo. En su último libro, Alessandra Rampolla se refiere a estas prácticas que suponen contactos bucoclitorianos y bucoanales, y sostiene que son prácticas sexuales que siempre deben realizarse con protección, y da algunos consejos sobre barreras caseras ya que no existe ningún elemento apropiado para esa función. Te das cuenta que antes de mi invento, no había ningún implemento específico para evitar contagios. Los dos los hemos probado en el negocio y funcionan a la perfección. Mis chicas los tienen a su disposición para cuando el cliente les pide sexo oral. Además, al ser de silicona, son perfectamente lavables y se pueden reutilizar.

--Me surge una duda: el hombre que practica sexo oral clitoriano lo hace para excitar a la mujer; obtiene placer al lograr que la mujer tenga un orgasmo. Pero hay una creencia, que no sé si es cierta o no, de que las prostitutas no se excitan y no gozan.

Eso es un mito. Son mujeres, no son máquinas, pero eso sí, tienen que actuar, convertirse en actrices. La prostituta desempeña un papel. Tiene que parecer prostituta y sentir eso, esa emoción de la chica que trabaja. Hay muchos mitos, pero cuando a la mujer se le hace lo que se le debe hacer, por supuesto que siente, goza y llega al orgasmo.

Está claro. Veo que en el otro, el que está previsto para la relación oral anal, el círculo central es un poquito más grande.

Sí. Pero fijate que en los dos, la superficie que no está en contacto con la lengua es más gruesa para que no se arrolle en la piel; y el centro es más delgado para permitir un movimiento más libre de la lengua y por ende una sensación más plena. En la relación sexual oral anal, la punta de la lengua debe poder penetrar un poquito en la zona donde se encuentran las terminaciones nerviosas. Esto es algo que el hombre ha descubierto no hace mucho y que le da muchísimo placer; suele producir una erección rápidamente. Pero como te decía, las chicas por lo general se negaban porque les daba mucho asco. En una relación sexual que se da por amor, es decir que no es por dinero; en una pareja que se ama, pueden permitirse muchas cosas, pero no cuando hay dinero de por medio.

Y después de la idea, ¿cómo siguió?

Me puse a recorrer todos los lugares que me parecían adecuados para fabricar esto. Fui a una fábrica de globos, también fui a Funsa, pero por ahí me di cuenta de que el material no debía ser el látex, como los condones. Fui a dar a una fábrica de caños y tubos para enfermos, confeccionados en silicona. Pero antes de hacer una matriz gestioné la patente de invención, y sólo después de ese trámite, di con la fábrica adecuada, con un ingeniero especializado en el material. Después fue el turno de la gestión ante el MSP; hablé con la ministra, quien reconoció que mi invento era una prevención de salud; el hecho es que al cabo de casi un año, tengo la autorización para venderlo.

A fines de abril pienso convocar a una conferencia de prensa para lanzar el producto, porque mi meta es vender la patente, para lo cual estoy en contacto con Fox & Lapenne, una firma que se encarga de todo eso. La patente de invención ya la pagué para EEUU, Brasil y Argentina.

(En este punto se une a la charla el ingeniero químico Bruno Baselli, contratado por la empresa que fabrica el dispositivo. Es el responsable técnico de la fabricación).

Hicimos el trámite ante el MSP como dispositivo de venta libre y estamos en la segunda etapa, que es registrarlo como dipositivo terapéutico, para lo cual es preciso observar la reglamentación y hacer ensayos. Si queremos venderlo como dispositivo protector, como barrera contra el sida y otras enfermedades, hay que hacer un estudio que lleva bastante tiempo y verificar que efectivamente impide todo tipo de contagio. O sea que mientras no demostremos que efectivamente previene el sida, será un dispositivo de venta libre. Pero por lo pronto es una barrera higiénica, sanitaria, que por ahora cumple esa función de aislar a las dos personas durante la relación.

Por otra parte, me interesa destacar la importancia de la patente de invención, porque eso quiere decir que el producto fue estudiado por una oficina de patentes y que no hay otro igual que cumpla la misma función.

Me decía Naná que el material en que está confeccionado permite el lavado y la esterilización.

Exactamente. La silicona resiste sin alterarse hasta 400 grados centígrados, pero por ahora las autoridades sanitarias uruguayas no quieren que sea reusable.

(Naná vuelve a tomar la palabra)

Ahora que hablan de la patente, te cuento que tengo dispuesto que los derechos de propiedad intelectual del producto, es decir las regalías como inventora, el porcentaje que me corresponde de lo que se venda en Uruguay sea donado a Salud Pública o a otro organismo. A mí me queda la satisfacción de haber resuelto un problema práctico y contribuido a la promoción de la salud sexual.

Para terminar, me gustaría formular algunos agradecimientos a las personas que me asesoraron y apoyaron desde el principio: mi abogada, la doctora Hebe Martínez Burlé, el ingeniero Bruno Baselli, la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, que creyó en mí y me facilitó todo lo referente al "tramiterío", y el Estudio Fox y Lapenne, responsable de lo que tiene que ver con el registro de la patente de invención. (En foto el famoso prostíbulo de Naná, en Punta del Este)

 

 

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