Colombia: el gobierno envió tropas del ejército a Medellín, tras choques que dejaron 29 muertos

El Ejército empezó a patrullar las comunas de barrios pobres de la ciudad colombiana de Medellín, tras 29 muertes esta semana atribuidas a choques entre pandillas de sicarios al servicio de narcotráficantes, informó este miércoles una fuente militar. La decisión fue tomada en un consejo de seguridad encabezado por el presidente Alvaro Uribe en la segunda ciudad colombiana, 450 km al noroeste de Bogotá. "Vamos a tener aproximadamente a unos 500 soldados reforzando el dispositivo de seguridad en las comunas", informó a la prensa el coronel Juan Pablo Rodríguez, comandante de la cuarta brigada del Ejército. En la reunión se analizó la violencia que ha cobrado la vida de 29 personas desde el fin de semana en Medellín y atribuida a una disputa por el control de la llamada "oficina de Envigado" una red de bandas de sicarios, tras la captura la semana pasada de uno de sus líderes. "Se trata de un coletazo de enfrentamientos entre facciones de la 'Oficina de Envigado' tras la captura la semana pasada de 'Riñón' (Fabio Gómez)", explicó el secretario de gobierno de Medellín, Jesús Ramírez. Gómez, acusado de más de un centenar de asesinatos para la 'Oficina de Envigado', creada en los años 1990 por sicarios que estuvieron al servicio del capo del narcotráfico Pablo Escobar (abatido en 1993), fue detenido en el puerto caribeño de Barranquilla, donde se había refugiado.

Según las autoridades locales, Gómez controlaba casi un centenar de los llamados 'combos', grupos de entre 10 y 15 jóvenes responsables de las tareas de 'gatilleo' (asesinatos) y protección de alijos de cocaína.

"Esta violencia tiene detrás al narcotráfico. Hay jefes que quieren hacer un copamiento (tomar el control de) los combos que dejó alias 'Riñon'", señaló por su parte el coronel Carlos García, de la policía local.

Un grupo de desmovilizados de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que actuaron en el departamento (provincia) de Antioquia, cuya capital es Medellín, emitió una declaración pública en la que pidieron a las autoridades locales "tender puentes de entendimiento".

Además dijeron que la ciudad "no puede desviarse del rumbo que ha tenido en los últimos cinco años en búsqueda de la reconciliación", pese a que denunciaron el asesinato de tres de ellos en los últimos días.

El resurgimiento de la violencia amenaza los logros de la ciudad de 2 millones de habitantes, que tras un ambicioso plan de renovación urbana, extensión educativa e inversión social consiguió bajar los homicidios a 1.043 el año pasado, frente a 6.500 en 1990. (El Tiempo)