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CAUSA ABIERTA

Obama enuncia nueva estrategia en Afganistán y Pakistán para eliminar a al-Qaida

Obama enuncia nueva estrategia en Afganistán y Pakistán para eliminar a al-Qaida

El éxito de la estrategia del presidente Barack Obama en Afganistán y en Pakistán depende de una serie de factores que no controla: la competencia de los afganos, la cooperación paquistaní, y una gran disposición de los europeos y otros aliados aceptar el punto de vista estadounidense, de que al-Qaida se halla en el centro del conflicto. Cada uno de esos elementos ha escaseado, pese a muchos años en que Estados Unidos ha presionado y aguijoneado para convencer a otras partes. Es por eso que, luego de más de siete años de combates inconcluyentes, cientos de soldados norteamericanos muertos, miles de millones de dólares en ayuda financiera y esfuerzos incompletos para dotar a Afganistán de un ejército capaz, Obama anunció el viernes una reelaboración de la estrategia. Pero hay importantes factores que Obama controla. Y esos factores son esenciales si existe perspectiva alguna de triunfo. Los refuerzos a las fuerzas que serán enviados a Afganistán podrían marcar una diferencia. Lo mismo puede decirse del despacho de especialistas civiles destinados a mejorar la competencia de las autoridades en Afganistán.

Pero inclusive esa estrategia tiene sus riesgos y limitaciones. Obama debe superar el escepticismo del Congreso y conseguir que apruebe miles de millones de dólares en programas de asistencia. Y el presidente lo sabe, tal como lo explicó el viernes.

"No hay que equivocarse. Nuestros esfuerzos fracasarán en Afganistán y en Pakistán si no invertimos en nuestro futuro", dijo.

Obama ha decidido profundizar el compromiso de Estados Unidos en Afganistán, señalando que es necesario poner fin a la amenaza de al-Qaida a fin de proteger a los norteamericanos contra otro ataque como el del 11 de septiembre de 2001. Ese compromiso coloca a Estados Unidos en un sendero en el que necesitará mucha más ayuda del resto del mundo que la requerida por su predecesor George W. Bush para dar un nuevo rumbo a la guerra en Irak.

La nueva estrategia empieza en Afganistán.

Obama dijo que un ingrediente vital para triunfar será lograr la reconciliación entre algunos de los adversarios del presidente afgano Hamid Karzai. Sin embargo, líderes de la milicia religiosa Talibán desean recuperar el control de un país que gobernaron desde mediados de la década del noventa hasta la invasión de Estados Unidos en las semanas que siguieron a los ataques del 11 de septiembre. Por otra parte, los esfuerzos del gobierno de Kabul para reconciliarse con algunos opositores han fracasado.

Obama dijo que "no tiene ilusiones de que esto será fácil", y admitió que hay un núcleo del Talibán que no acepta propuestas de reconciliación y debe ser derrotado a nivel militar.

Otro factor es que el gobierno de Karzai forma parte del problema. Es un gobierno corrupto, e incapaz de extender su autoridad más allá de la capital. El gobierno ha fracasado en sus esfuerzos de ofrecer servicios básicos en la mayor parte del país. Y eso ha permitido al Talibán acrecentar su influencia.

Otra esperanza de Obama es erradicar a los terroristas de al-Qaida de la vecina Pakistán. El mandatario describió a al-Qaida como "el cáncer que podría matar a Pakistán desde adentro". Pero, para los paquistaníes, al-Qaida no es la principal amenaza, sino su vecino nuclear, India, con la cual los paquistaníes han librado tres guerras durante los últimos 60 años. (El Nuevo Herald)

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