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CAUSA ABIERTA

La muerte a tiros de un policía-amigo conmueve al barrio de San Isidro

La muerte a tiros de un policía-amigo conmueve al barrio de San Isidro

"Estaba a punto de jubilarse. Ya me queda poco, voy a tener menos responsabilidad", le decía el policía muerto hoy a las vecinas, varias de las cuales emocionadas lo recordaban como un amigo más que un policía. " Venía a cuidarnos hasta en sus días francos", contaba a la televisión una mujer entrada en años. El tiroteo que acabó con la vida del policía ocurrió en el centro de San Isidro cuando se enfrentó a varios delincuentes que habían ingresado a un comercio a robar. El efectivo cumplía con su clásica ronda por las calles del barrio, cuando advirtió que ladrones asaltaban un local ubicado en Chacabuco al 300 –e Ituazingó-, a sólo metros del edificio de tribunales. Al intentar frustrar el robo, se desató un tiroteo, en el que recibió heridas que le provocaron la muerte. Fatal juego del destino, el policía, de apellido Garrido, llevaba tres décadas en la Bonaerense, y ya contaba con los años necesarios para jubilarse. Sin embargo, el había pedido seguir trabajando. Justo ayer le habían confirmado que su pedido había sido aceptado y que seguía en la fuerza. "No faltaba nunca, era un policía antiguo, el de la esquina", se lamentó Luis Cayuela, del Departamento Judicial de San Isidro. Y concluyó, conmocionado, "era utilísimo a la sociedad y muy querido". Personal de la comisaría 1ª lanzó un operativo para dar con los delincuentes que, tras el enfrentamiento, escaparon.

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