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CAUSA ABIERTA

Ocho millones de mexicanos sufren el mal de Chagas por falta de políticas sanitarias

Ocho millones de mexicanos sufren el mal de Chagas por falta de políticas sanitarias

Unos ocho millones de mexicanos sufren por el llamado mal de Chagas a causa de la falta de políticas y programas públicos para controlarlo, de acuerdo con especialistas locales. Datos del Centro Nacional de Transfusión Sanguínea, difundidos hoy por la edición digital del diario El Universal, indican que sólo 113 de los 558 bancos de sangre de la nación realizan la prueba a 64 por ciento de los donadores para descartar la enfermedad. En ese sentido, expertos de la institución calculan que entre 0,4 por ciento y 2,8 por ciento de los donadores están infectados con el chagas o tripanosomiasis americana, refiere la publicación.

Esta es una enfermedad parasitaria tropical generalmente crónica causada por un protozoario flagelado, el trypanosoma cruzi que se transmite por transfusión y de madre a hijo durante el embarazo, entre otras formas. De acuerdo con galenos mexicanos, el parásito se adquiere por chinches, a lo que se atribuye 80 por ciento de los contagios. La infección se propaga a los seres humanos cuando el insecto infectado deposita heces en la piel mientras que la persona está durmiendo en la noche. El afectado a menudo se frota las picaduras introduciendo accidentalmente las heces en alguna herida, los ojos o la boca.La investigadora María Salazar, de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, remarcó que la alta incidencia aquí se debe a la carencia de una campaña nacional contra el Chagas. La enfermedad, la cual tiene mayor prevalencia en las regiones rurales más pobres, se caracteriza en su etapa aguda por fiebre, linfadenopatía, aumento del tamaño de hígado y bazo y, en ocasiones, miocarditis o meningoencefalitis con pronóstico grave. En la etapa crónica, a la cual llegan entre el 30 por ciento y el 40 por ciento de todos los pacientes chagásicos, suele haber cardiomiopatía difusa grave, o dilatación patológica del esófago y colon, megaesófago y megacolon respectivamente. “Tenemos niños de seis años con alteraciones en su corazón. ¿Qué futuro le puede esperar a un niño con un problema así?” sin estrategias para prevenir esta enfermedad y sin medicamentos para atenderla, subrayó la doctora Salazar.

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