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CAUSA ABIERTA

Un mundo encandilado aplaude a Obama, pero habrá que esperar para ver si se convierte en el presidente del siglo o en el nuevo César del Imperio

Un mundo encandilado aplaude a Obama, pero habrá que esperar para ver si se convierte en el presidente del siglo o en el nuevo César del Imperio

Barack Obama asumirá hoy como el primer presidente negro de Estados Unidos. El hecho por supuesto no es para nada menor. Ayer participó en varios actos en memoria de Martín Luther King, una epopeya del siglo que se fue.  En las escaleras del capitolo tomará posesión y será presenciada en la explanada por dos millones de asistentes, rodeados por 45 mil efectivos de seguridad. Más de 15 mil personas participarán en el desfile. Un largo preludio musical precederá la bienvenida y la plegaria del pastor Rick Warren y la actuación de Aretha Franklin, la reina del Soul. Después, Joe Biden jurará como vicepresidente y tras un breve intermedio, llegará el momento más importante en la carrera política de Barack Obama. Rodeado de sus hijas y su mujer Michelle, jurará su cargo, protegido por un chaleco antibalas y bajo una cabina de cristal blindado. Obama, ya presidente, acompañará a George Bush a una ceremonia de despedida y después almorzará con los congresistas. Tras la comida se trasladará al Capitolio en un cadillac, que a partir de hoy, será el coche presidencial. Allí comenzará el tradicional desfile por la Avenida Pensylvania que finalizará en el número 1600 donde se encuentra la Casablanca. Los Obama presidirán a continuación el baile inaugural. Entonces, habrá concluido la agenda del 20 de enero. El primer día de la Era Obama. El presidente 44 encuentra a Estados Unidos con millones de desocupados por la crisis financiera que arrastró al mundo entero. Poco se sabe de sus planes, más allá que prometió la creación de 2 o 3 millones de nuevos puestos de trabajo. Hasta ahora sus discursos han sido emotivos y la gente delira a su alrededor. Hasta las estrellas de cine y cantantes confiesan verse fascinados con él. Sin embargo no se sabe si retirará sus tropas de Irak, invadida y destrozada sin razón alguna por su patético antecesor, o de Afganistán, bombardeada sin piedad desde hace 8 años en busca de un Bin Laden de paradero desconocido. No se conoce que actitud tomará frente al Estado de Israel que hace pocos días dejó en ruinas a Gaza y cobró como víctimas a más de mil civiles y un par de fundamentalistas del Hamas. Por lo menos dijo que hay corrupción en Wall Street. En fin, es toda una incógnita rodeada de un enorme manto de esperanza para que ayude a su país y a la humanidad. Hoy puede ser el inicio de una gran era o la primera etapa de la recuperación de un imperio. No se sabe. Pronto veremos si se convierte en el  enorme primer mandatario que el mundo entero necesita o se pone el ropaje del César.

 

 

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