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CAUSA ABIERTA

3 fascinantes hábitos de los animales que quizás no conocías

3 fascinantes hábitos de los animales que quizás no conocías

¿Cómo sabes si un elefante está teniendo un buen día? Pues parece ser tan simple como observar la forma en que camina. ¿Y qué hacen los albatros nadando en círculos en la noche?

Mucho se ha develado sobre la vida de los animales en sus hábitats, sin embargo nuevas investigaciones siguen sorprendiéndonos y revelando aspectos que no conocíamos.

El profesor Rory Wilson, de la Universidad de Swansea (Reino Unido), lleva meses al frente de un equipo de investigadores que ha estudiado más de 1.000 animales y de 100 especies en diferentes países.

Entre los que ha estudiado Wilson están pingüinos, chitas, perezosos, albatros, elefantes y leopardos.

"Nuestra comprensión del comportamiento animal está sesgada por lo que percibimos que son capaces de hacer o lo que vemos que hacen", dijo el profesor.

Pero, advierte, hay todo un mundo de comportamientos escondidos.

"El problema con los animales es que con frecuencia queremos saber cosas sobre ellos que ellos no quieren mostrarnos o que son difíciles de descubrir. La única manera de conseguirlo es poner algo (en el animal) que lo acompañe todo el tiempo", Wilson señaló.

Y es que, según explica, su trabajo ha sido posible gracias a pequeños chips electrónicos que su equipo desarrolló específicamente para observar a los animales en su "vida privada".
Como si tuvieran un celular inteligente

Cada chip contiene acelerómetros, magnetómetros, sensores para medir la presión, la temperatura y la luz.

Esos dispositivos ofrecen una vista sin precedentes de la vida de un animal, al cual se le ha puesto una etiqueta con el chip.

Esta es una novela escrita por un animal. Es muy emocionante ser la primera persona que abre esa novela
Rory Wilson, Universidad de Swansea

Y hacen esencialmente, según el científico, lo que nuestros teléfonos inteligentes y aparatos para monitorear nuestro estado físico: registrar la posición y los movimientos de su portador.

"Esta es una novela escrita por un animal. Es muy emocionante ser la primera persona que abre esa novela", indicó.

Los investigadores cuentan con un centro de operaciones de vigilancia de animales.

El lugar tiene una pantalla gigante de 2x3 metros que despliega una gran cantidad de gráficos y que no se vería fuera de lugar si se pusiera en la sala de control de la Nasa.

De esa forma, los investigadores británicos han detectado tres comportamientos de quizás no conocías:

1. Una aleta primero y después la otra: el baño de los pingüinos

Observando los resultados que ha arrojado el seguimiento de un pingüino en Argentina, Wilson confiesa que es uno de sus favoritos.

Al acercar la imagen en su pantalla gigante, se pueden ver las huellas del pingüino y la frecuencia de su aleteo.

Un cambio en el movimiento y una caída de la temperatura nos da el momento exacto en que se zambulle dentro del agua.

Tras nadar varios kilómetros, una explosión de movimientos se refleja en los gráficos indicando que llegó la hora de asearse, llegó la hora del baño.

Sus hábitos de limpieza consisten en rodar dentro del agua y frotarse una aleta primero y después la otra.

El estudio también arrojó su patrón de buceo y sus maniobras para cazar: el pingüino se desliza sobre la superficie, de repente retrocede rápidamente moviendo la cabeza. ¡Ahí cazó su alimento!

2. El baile desenfrenado de los albatros

Durante la investigación, los científicos han tenido momentos en los que se han detenido y han dicho: "¿Y qué está pasando aquí?", mientras se rascan la cabeza, dice el profesor Wilson.

"Lo más sorprendente que hemos descubierto sucedió cuando observamos a los albatros errantes", dijo el profesor.

El consenso general, explicó, ha sido que estas aves vuelan largas distancias para encontrar y comer calamares muertos debido a que por su tamaño son incapaces de cazar calamares vivos.

De hecho, también se les conoce como albatros viajeros. Sin embargo, la investigación de Wilson arrojó un descubrimiento muy singular:

"Vimos que los albatros errantes nadan en la noche en círculos desenfrenados por periodos que van de 40 segundos hasta 7 horas, de forma continua, y de repente se ponen a comer".

El seguimiento de estas aves permitió que el equipo de Wilson descubriera una técnica de caza hasta ahora no observada.

Confundido en principio por este comportamiento no detectado antes, el grupo de investigadores concluyó que las aves de hecho estaban atrayendo a un calamar para matarlo.

"Lo que pensamos que están haciendo es que cuando hay partes del océano que son muy oscuras, nadan para agitar el plancton bioluminiscente y así provocar un gran resplandor. El calamar, atraído como una polilla a una llama, nadará hacia la luz para ser comido", explicó el profesor.

"Eso fue algo realmente fascinante".

3. El caminar emocional de los elefantes

Los sensores colocados en los animales son tan precisos que detectan comportamientos que las personas podrían no llegar a advertir, incluso arrojan luz sobre su estado emocional.

Piensa en la forma cómo caminan las personas. Si alguien está feliz, esa emoción se puede reflejar en su comportamiento físico.

Para determinar si este tipo de fenómeno ocurre en los animales, el equipo del profesor Wilson analizó el movimiento al caminar de los elefantes en un zoológico.

Los investigadores se dieron cuenta que cuando un elefante camina hacia algo que le gusta, como un pozo de barro o heno, lo hace de una manera particular.

Cuando al mismo elefante se le forzó a apartarse de algo que quería, por una matriarca dominante, caminó de otra manera.

Wilson espera poder usar ese principio con los elefantes en África, los cuales pueden manifestar estrés en determinados lugares debido a experiencias previas en zonas de guerra.

"Las implicaciones de esto para la comprensión del estado de un animal y su estrés son gigantes", afirma.

"Cuán bien puedes predecir el comportamiento de los animales y sus movimientos depende de cuán bien entiendes las normas por las cuales se rigen", señaló Wilson.
BBC

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