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CAUSA ABIERTA

Cientos de familias pobres sin hogar buscan ayuda en Miami

Cientos de familias pobres sin hogar buscan ayuda en Miami

Modesta Mederos, de 83 años, su hija Zurama, de 50, y su nieta Erika, de 19, se preparaban para pasar la noche junto a sus dos perros y dos jaulas llenas de pajaritos, refugiadas en la parada de un autobús, frente a un cementerio en la avenida 44 y la calle 8 del suroeste, en Miami.

Los perros ladraban por el ruido de los carros pasando veloces, que hacían salpicar el agua acumulada en la calle tras la lluvia intermitente de ese día.

El pasado miércoles fue para ellas el peor día desde que se quedaron sin hogar el 10 de junio, cuando tuvieron que abandonar el apartamento en La Pequeña Habana donde habían vivido por dos años. Dijeron que el dueño del viejo edificio les avisó hace poco más de tres meses que la propiedad sería demolida para dar paso a nuevas viviendas.
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El propietario les permitió vivir dos meses sin pagar la renta de $800 por un apartamento de una habitación, cerca de la Calle Ocho. Con esos ahorros se propusieron conseguir otro lugar cercano donde vivir, pero se encontraron con la dura situación que enfrentan muchas familias de bajos ingresos al tratar de alquilar en Miami.

“Esto es imposible, todo está muy caro, tienes que tener crédito, hasta para alquilar un efficiency te piden miles y miles de dólares ”, dijo Zurama Mederos. “No encontramos nada por menos de $1,200”.

Este es uno de los mercados más caros del país para alquileres de viviendas. El fenómeno está teniendo un impacto en el ya saturado sistema de asistencia a las personas sin hogar del Condado Miami-Dade. Ha habido un aumento en el número de familias desamparadas.

“Yo sé que no es políticamente correcto decir que es una crisis”, dijo Sergio Torres, Coordinador de Servicios para los Desamparados de la Ciudad de Miami. “Pero no sé de qué otra forma llamar la situación que se está viviendo en Miami con las familias desamparadas. Cada vez son más”.

Aunque Zurama y Erika Mederos reciben ayuda del gobierno por discapacidad y la abuela Modesta cobra un cheque de retiro, no tenían suficiente dinero ahorrado para pagar el primer y último mes de renta, más un deposito. Necesitaban casi $4,000. Además, en su caso, las mascotas representan un gasto extra – hasta $200 de deposito por animal – y muchos dueños no aceptan animales en sus propiedades.

“La gente nos dice que los abandonemos o los regalemos, pero cómo vamos a hacer eso si son como nuestra familia”, dijo Erika.
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Terminaron durmiendo de motel en motel – pagando entre $60 y $200 la noche – hasta que en unas cuantas semanas se les acabó el dinero. El miércoles, pasadas las 9:00 p.m., cuando se resignaban a amanecer sentadas en la parada del autobús, un equipo del Fideicomiso para Desamparados de Miami-Dade, las rescató y las llevó a un motel. Permanecen allí hasta que los trabajadores sociales encuentren un lugar que les permita quedarse con sus mascotas.

Solo existen tres albergues que permiten mascotas en el Condado y uno de ellos no es para familias. Todos tienen espacio limitado, de acuerdo con una vocera del Fideicomiso (Homeless Trust).

Torres y su equipo de trabajadores se encargan de procesar los casos en todo el Condado de personas que empiezan a recibir asistencia tras quedarse en la calle, y los llevan a albergues o les proveen otros servicios por medio del Fideicomiso. Torres dijo que en el último año fiscal, ha notado un aumento de las familias que se quedan en la calle. Los albergues están llenos y el dinero para acomodar a familias en algunos moteles, mientras consiguen un hogar, ya se está agotando.

La situación de la familia Mederos ilustra los problemas que afrontan los pobres en la ciudad de Miami y el resto del Condado al tratar de conseguir un lugar decente para vivir. Este es uno de los mercados con alquileres y ventas de viviendas más caro del país y además el gobierno federal recortó recientemente los servicios para los desamparados.

El miércoles, cuando un equipo de la oficina de Torres recibió una llamada en la noche pidiendo asistencia para las Mederos, ya habían ayudado a una mujer y sus siete hijos menores, que fueron desalojados de un apartamento en Homestead. En un día muy ocupado asisten hasta de cinco a siete familias.

De acuerdo con información del Fideicomiso, hubo un aumento del 16 por ciento del 2015 al 2016, entre las familias que entraron al sistema de asistencia a los desamparado. Unas 923 familias fueron asistidas en el 2014. En el 2015 ayudaron a 1,093.

Apenas en el primer trimestre de este año, más de 488 familias ya habían contactado a las línea de ayuda del Fideicomiso para pedir asistencia, de acuerdo con un memorando de esa organización enviado a el Nuevo Herald.
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Y esas cifras no incluyen a Modesta, Erika y Zurama Mederos, ya que la definición solo abarca a familias con miembros menores de 18 años.

“Se hacen excepciones en casos como el de ellas, porque hay una señora de 83 años que se va a quedar la noche en la calle y también están los animalitos”, explicó Torres. “No estamos dispuestos a dejar a ninguna familia en la calle... Pero es un reto”.

Ellas podrían recibir pronto asistencia mediante el programa Housing Assistance Network of Dade (HAND), que ayuda con fondos para pagar hasta tres meses de renta y depósito a personas desamparadas que califiquen.

En estos momentos 62 familias se encuentran alojadas en moteles, dijo Torres. El servicio está costando unos $120,000 mensuales y solo hay dinero para pagar el mes de julio, dijo Torres.

En medio de la precariedad, los trabajadores tienen el reto extra de asegurarse de que las personas no están tratando de aprovecharse del sistema de alquiler de habitaciones.
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"Algunas personas no están en la calle, sino que se están quedando con familiares o amigos que pueden tenderle la mano, pero como saben que alquilamos un hotel llaman y nos dicen que están en la calle”, contó Torres.
elnuevoherald

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