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CAUSA ABIERTA

¿Sería el mundo más pacífico si no existiera la religión?

¿Sería el mundo más pacífico si no existiera la religión?

La religión y la guerra: los dos a menudo se han entrelazado a lo largo de la historia.

Desde las Cruzadas en 1095 hasta hoy día, hemos visto innumerables conflictos librados en nombre de la fe.

Y mientras muchos creen que los conflictos estallarían sin la religión y que la fe es en realidad una gran promotora de la paz, para otros la guerra y la religión, sencillamente, no se pueden separar.

Después de haber trabajado en muchos países en guerra y haber escrito sobre ellos, el historiador y periodista Justin Marozzi explora a continuación algunas de las causas de los conflictos en todo el mundo, y cómo encaja en ellos la religión:

Desde épocas muy tempranas, la guerra y la religión han estado enredadas en una relación complicada y, a menudo, tensa.

¿Es la religión alguna vez la causa principal de una guerra? ¿O es sencillamente un vehículo utilizado para incitar a las tropas, dividir sociedades y expoliar países?

La causa original de cualquier guerra o conflicto es compleja y matizada, y a menudo hay muchos factores en juego, como el poder, ideología, dinero, territorio e identidad.

Ocasionalmente, esa causa original hasta se olvida, se pierde o se malinterpreta.

En Irlanda del Norte, por ejemplo, un conflicto de 30 años parecía dividir a la sociedad en bandos religiosos: los unionistas protestantes contra los nacionalistas católicos.

De hecho, el problema era más territorial, con visiones distintas sobre la identidad y sentimientos de pertenencia nacional en su esencia.

Algunos comentaristas creen que la religión nunca es la causa de las guerras. Otros, que la religión ha tenido un rol protagónico en la instigación de violencia y conflicto.

Examinemos la campaña del grupo conocido como Estado Islámico (EI), que ha implicado violencia generalizada y el sacrificio de miles de inocentes, de todas las fes y ninguna, muchas partes del mundo.

EI practica una versión extrema de Islam, y no duda en derramar sangre para lograr sus objetivos.

Su raíz inmediata es la invasión de Irak liderada por Estados Unidos, durante la que su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, fue encarcelado.

Al mismo tiempo, había una lucha de poder en Bagdad entre dos facciones del islam: el gobierno dirigido por chiítas y los sunitas privados de representación.

Estos últimos se unieron a insurgentes antigubernamentales.

EI aprovechó la situación y ganó terreno en Siria e Irak desde el cual lanzó su campaña.

Con esta situación política de fondo, ¿se puede responsabilizar solamente a la religión por este violento conflicto?

Expertos como el exoficial de la CIA y psiquiatra forense Mark Zeiman dirían: "No, no se trata de la fe sino de indignación emocional y moral lo que lleva a la gente a unirse a grupos como EI".

Pero yo tengo otro punto de vista.

Tras pasar la mayor parte de la última década viviendo en medio de conflictos y escribiendo sobre muchos de los países más asolados por la guerra, mi parecer es que no se trata de antiimperialismo.

Se trata de pintar al mundo de negro.

Bajo su interpretación extremista del islam, para este núcleo duro de creyentes, el motivo es puramente religioso.
Aaron Edwards, historiador y escritor

Historias de guerras

Estos tres conflictos a menudo se interpretan como que tienen causas religiosas.

La pregunta es si en el fondo, efectivamente es así.

Tú juzgas, sin embargo aquí, los historiadores Marozzi y Edwards resumen factores que, para ellos, hay que tener en cuenta cuando se piensa en estas guerras.

A principios de la década de los 90, Yugoslavia se desintegró mediante una serie de guerras civiles.

Después de que Eslovenia y Croacia se separaron, Bosnia tuvo su referendo de independencia, lo que llevó a un conflicto entre musulmanes,serbios (predominantemente cristianos ortodoxos) y croatas (predominantemente católicos).

Con un fuerte apoyo del gobierno serbio y grupos extremistas de Belgrado, los bosnios serbios estaban determinados a quedarse en lo que quedaba de Yugoslavia y ayudar a establecer una gran Serbia.

La guerra fue principalmente un conflicto territorial, alimentado por nacionalismo y divisiones étnicas.

Los enfrentamientos fueron amargos, los bombardeos, indiscriminados, hubo violaciones masivas sistemáticas y limpieza étnica.

Esa limpieza étnica obligó a comunidades enteras a dejar sus hogares en operaciones cuidadosamente planeadas.

El incidente más notorio resultó en el asesinato de casi 8.000 hombres y niños bosnios musulmanes en Srebrenica en 1995, meses antes del fin de la guerra.

Cuando Estados Unidos fue atacado el 11 de septiembre de 2011, el grupo culpado fue Al Qaeda y su líder Osama bin Laden, quien previamente había dicho que EE.UU. había declarado "la guerra contra Dios, su mensajero y los musulmanes" y había urgido a todos los mahometanos a "cumplir la orden de Dios de matar a los estadounidenses".

Tras el 11 de septiembre, los dirigentes talibanes de Afganistán fueron acusados de proteger a Al Qaeda y a Bin Laden.

EE.UU., apoyado por aliados, invadió el país.

La meta inicial era desmantelar Al Qaeda y negarle una base segura para sus operaciones sacando a los talibanes del poder, donde imponía una estricta interpretación de la ley islámica.

Después de Afganistán, la "guerra contra el terror" se expandió con la invasión a Irak justificada con argumentos que en su mayoría han sido desacreditados.

Algunos empezaron a considerar la "guerra contra el terror" como una guerra de Occidente contra el islam.

El llamado Estado Islámico o Daesh emergió de los escombros de la invasión de Irak y la guerra civil siria, y practica una forma extrema de islamismo en la que se derrama sangre con objetivos políticos y religiosos.

El grupo conquistó territorio en Siria e Irak y ha reclamado la responsabilidad por ataques en varias partes del mundo, como Túnez, Líbano, Francia y Bélgica.

Rechaza la democracia considerándola como una ideología occidental descarriada e intenta desafiarla no sólo atacando a los que llama gobiernos apóstatas en Medio Oriente y África del norte, sino también en los centros de las democracias liberales de Occidente.

El grupo le ha advertido a las otras agrupaciones yihadistas del mundo que tienen que aceptar su autoridad suprema para erradicar los obstáculos para restaurar el reino de Alá en la Tierra y defender a la comunidad musulmana contra infieles y apóstatas.
BBC

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