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CAUSA ABIERTA

El hombre que logró vender la Torre Eiffel dos veces

El hombre que logró vender la Torre Eiffel dos veces

Victor Lusting era un personaje dotado de inteligencia nata, habilidad para el convencimiento y astucia sin comparación, él logró hacer pasar vergüenzas a empresarios adinerados y poderosos que sólo lo podían recordar como el hombre que logró vender la Torre Eiffel.

Victor creció llevando una vida pobre, su familia estaba conformada por campesinos que vivían en una choza de piedra, con todas las carencias de la época. Inició su carrera de criminal estafador desde abajo como carterista y fue desarrollando sus habilidades poco a poco, el hombre afirmaba que siempre robó a adinerados y egoístas.

En 1925, Victor llegó a París, una ciudad que se encontraba endeudada y apagada después de la Primera Guerra Mundial, aún a siete años de que hubiera acabado ya la guerra. Para sostener los gastos públicos, la ciudad se encontraba en un debate sobre la demolición del ícono mas grande de la ciudad, la Torre Eiffel, originalmente usada para la Exposición Universal de 1889.

Un joven Victor vio la noticia sobre el posible destino del monumento en un diario local. En busca de fortuna, Victor pudo lograr entrar al ayuntamiento de París consiguiendo un puesto de secretariado gracias a su astucia e inteligencia, ahí tuvo acceso a los sellos oficiales para documentación del gobierno y puso en marcha su brillante plan.

Escribió con una falsa identidad a los empresarios de metales y chatarra más adinerados de Francia y los citó en el Hotel Crillon para negociar la venta de la Torre Eiffel como chatarra.

El estafador dijo a los empresarios: “Debido a la múltiples fallas de ingeniería, reparaciones costosas y problemas políticos que en estos momentos no puedo discutir, la demolición de la Torre Eiffel se ha convertido obligatoria para el Ayuntamiento de París”.

Después invitó a los poderosos empresarios a preparar su ofertas para la subasta de las 7 mil toneladas de hierro que conforman la gran torre; el objetivo no era vender la torre a precio completo, sino buscar que los empresarios quisieran sobornarlo con cantidades fuertes de dinero para asegurar un buen lugar en la subasta y tener la delantera en lo que podría ser el negocio de sus vidas.

A los 4 días los empresarios presentaron las cantidades de dinero que estarían dispuestos a dar por el hierro del ícono parisino, con esta información, Victor fue capaz de investigar las empresas de los interesados así como sus perfiles como negociadores. De todos los interesados, Victor seleccionó a André Poisson, un acaudalado empresario que empezaba a desenvolverse de gran forma, esto sabiendo que Poisson vería el negocio como una oportunidad única para disparar su carrera profesional.

Poisson recibió un mensaje que decía que su oferta era bien vista pero que existía la posibilidad de que otra oferta fuera seleccionada, el empresario no tardó en caer en la trampa y adelantó gran parte de su oferta para asegurar ganar la falsa subasta. Victor recibió el dinero y huyó a Viena donde vivió medio año rodeado de lujos, dejando atrás a un avergonzado y orgulloso empresario que decidió no denunciar la estafa para evitar manchar su reputación y evitar mofas en su contra.

Cuatro meses después de haber logrado la gran estafa, Victor tuvo la osadía de volver a París y repetir el fraude, pero con empresarios diferentes a los que citó en la Torre Eiffel para pasar un buen rato disfrutando de la vista de la ciudad. Para hacer creíble la estafa contrató choferes particulares que recogieran a los empresarios y los llevaran al punto de encuentro.

Siguiendo el mismo procedimiento de mensajes e investigación, el estafador logró que los millonarios presentaran sus mejores apuestas de dinero y presionó al mas acaudalado para que adelantara una buena suma; sólo que esta vez el estafado puso una demanda, pero para cuando la policía intentó buscar a Víctor, éste ya se había marchado a Chicago, donde se dice que mantuvo negocios con el gran Al Capone, incluso se cuenta que lo logró estafar con 5 mil dólares.

Viviendo de estafa en estafa durante el tiempo que vivió en Estados Unidos, Victor logró el acto más grande de su carrera: replicar billetes de 100 dólares falsos, burlando al FBI y poniendo en riesgo el departamento de tesorería de aquella nación.

Finalmente fue detenido en Nueva York en 1938, después de incansables búsquedas en las que salió bien librado usando más de 47 nombres falsos y una docena de pasaportes distintos, el estafador logró fugarse de la prisión de Manhattan pero fue recapturado y enviado a Alcatraz donde enfermó de pulmonía; fue llevado a un centro médico en Missouri para atenderlo, pero falleció el 11 de marzo de 1947.
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