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CAUSA ABIERTA

Ada Colau, la mujer arrastrada por las calles por la policía ahora será alcaldesa de Barcelona

Ada Colau, la mujer arrastrada por las calles por la policía ahora será alcaldesa de Barcelona

La mujer que ven en esta imagen, arrastrada por dos policías antidisturbios tras ocupar en protesta la sede de un banco, será la próxima alcaldesa de Barcelona.

La segunda ciudad de España se convirtió este domingo en símbolo del cambio político que atraviesa el país y la mujer de la foto, Ada Colau, en una de sus principales protagonistas.

Las elecciones municipales y regionales fueron un importante castigo para el partido gobernante (PP), dañado por la crisis económica y por un cúmulo de casos de corrupción.

Los comicios dejaron las alcaldías de Madrid y Barcelona a las puertas de un gobierno encabezado por candidaturas ciudadanas vinculadas con el partido antiausteridad Podemos.

Y los partidos tradicionales (PP y PSOE) tendrán que compartir el poder con los emergentes Podemos (izquierda) y Ciudadanos (centro derecha) en el resto del país.

En Madrid, la candidata de la plataforma apoyada por Podemos, Manuela Carmena, fue la segunda más votada (con un 31,8%) por detrás de Esperanza Aguirre (PP, 34,5%), pero Carmena podría resultar elegida alcaldesa con el apoyo del PSOE.

Mientras el PP pierde las mayorías absolutas que tenía en los parlamentos regionales, Barcelona protagoniza una historia "increíble", en palabras del corresponsal de la BBC en España, Tom Burridge.

Y lo que hace "increíble" esa historia es que quein será con toda probabilidad nueva alcaldesa, Ada Colau, es una activista conocida por haber sido la portavoz del movimiento antidesahucios que, hasta hace poco, se enfrentaba con la policía que ahora deberá dirigir.
"Deprimidos y avergonzados"

Colau, de 41 años, fue durante cinco años la cara visible de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

La PAH es un movimiento social que nació para ayudar a aquellos que, golpeados por la crisis económica, se enfrentaban a un desalojo de sus casas al no poder hacer frente a los pagos del banco.

La PAH se creó en 2009, organizando encuentros para que los afectados pudieran compartir sus experiencias y buscar soluciones.

"Esperábamos ver a mucha gente enfadada", le dijo Colau a la BBC en febrero de 2014, "pero muchos estaban deprimidos y avergonzados".

"Estaban avergonzados de hablar de sus problemas. Nuestro gobierno les decía que eran los responsables de su situación, que era su culpa. Y ese mensaje se repetía cada día en la televisión".

La crisis económica hizo que miles de españoles perdieran sus casas al no poder pagar las hipotecas.

Y el estallido de la burbuja inmobiliaria provocó que el valor de esas propiedades se depreciara enormemente.

Esto, combinado con una dura ley hipotecaria, hizo que muchos de los que devolvieron sus casa al banco se vieran obligados a seguir pagando para compensar la depreciación de la propiedad, que la propia entidad bancaria había valorado antes de otorgar la hipoteca.

La PAH, con Colau a la cabeza, logró presentar más de 1,4 millones de firmas ante el Parlamento pidiendo un cambio en la ley.

Los activistas de la PAH también se reunían cada vez que un juzgado iba a ejecutar un desahucio de algún "compañero".

Iban a las puertas de las casas y hacían cadenas humanas para evitar que la comitiva judicial, muchas veces franqueada por unidades policiales, pudiera ejecutar el desahucio.

Y, en Barcelona, ahí estaba siempre Ada Colau junto con su compañero sentimental, Adrià Alemany, con quien se dio un emocionado beso ante las cámaras en la noche electoral.

"Cuando nació su hijo, iba con él a parar los desahucios", explica João França, periodista local de Barcelona que cubrió muchas de las acciones de la PAH.

Colau sabía cómo reaccionar y, además, sabía tratar a la prensa, acertaba siempre con las palabras en el momento justo.
"Criminal"

Antes de ser portavoz de la PAH, Colau había participado en un movimiento ciudadano que, con el lema "No tendrás casa en tu puta vida", denunciaba la especulación inmobiliaria y la burbuja.

Era 2007 y la activista se disfrazaba de "Supervivienda", una heroína con los colores de una abeja que iba con antifaz e irrumpía en actos electorales.

Pero no fue hasta su intervención ante el Congreso de los Diputados, en febrero de 2013, cuando Colau se convirtió en una figura política en todo el país.

En un discurso ante todos los parlamentarios, Colau llamó "criminal" al vicesecretario general de la Asociación Española de la Banca, Javier Rodríguez.

"No le he tirado un zapato a este señor porque creía que era importante quedarme aquí para decir lo que estoy diciendo. Este señor es un criminal y como tal deberían ustedes tratarlo", dijo la activista.

Juan José Toribio, consejero de la Asociación de la Banca, le dijo a la BBC que el ataque de Colau no tenía justificación.

"Es posible que algunos bancos o empleados se equivocaran al prestar a gente que no podía devolverlo. Pero solo nos dimos cuenta después, cuando llegó la recesión", declaró.

Pero la intervención de Colau ese día en el Congreso generó un gran revuelo y la catapultó a la arena política nacional: un video con su intervención se hizo viral, su cuenta de Twitter llegó a los 100.000 seguidores y la página web de la PAH colapsó por el número de visitas.
Barcelona en Comú

En mayo de 2014, Colau abandonó la PAH y envió una carta a todas las asambleas en la que, además de mostrar su agradecimiento, decía que no iba a "fichar" por ningún partido político, a pesar de que se lo habían propuesto en varias ocasiones.

Pero no tardó mucho en "embarcarse", en sus propias palabras, en Barcelona En Comú, una plataforma ciudadana que ha logrado, en un año, ganar las elecciones municipales en Barcelona.

"Este es seguramente el paso más ambicioso y por lo tanto arriesgado de mi vida", asegura Colau en su página autobiográfica.

Con un presupuesto muy inferior al resto de candidaturas, pero muchos voluntarios en los barrios, Barcelona en Comú logró desalojar del ayuntamiento al partido que gobierna Cataluña, el grupo nacionalista conservador Convergència i Unió.

Es una muestra de las ansias de cambio de una parte de la sociedad.

La plataforma ha logrado 11 de los 41 representantes en liza y deberá pactar con otras fuerzas para gobernar.

Y aunque estos comicios han sido percibidos, inevitablemente, como un barómetro de las elecciones generales que se celebrarán antes de finalizar el año, ni Barcelona en Comú ni Ahora Madrid son equiparables a Podemos.

Tanto el partido antiausteridad como Ciudadanos, que ha irrumpido en el panorama político con una promesa similar de cambio y depuración de las instituciones, todavía tienen un largo camino por delante.

El PP y el PSOE, los partidos tradicionales, todavía sumaron 11,6 millones de votos, o un 52% en las municipales.

La promesa de cambio simbolizada por Colau deberá pasar por el examen de las elecciones generales.
BBC, Foto AP

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